Uno de los principales líderes de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) afirmó que el grupo continuará con su lucha armada y no negociará la paz con el gobierno del presidente Álvaro Uribe.
En una entrevista televisiva que transmitirá el jueves en la noche la cadena internacional Telesur, Iván Márquez expresó que "la lucha armada no está en cuestión".
En el texto de la entrevista, que fue adelantado a los medios de comunicación, el guerrillero dijo que sólo buscarán una solución al conflicto político con un gobierno distinto al del actual presidente Uribe.
Lea: El peor año de las FARC
"Con Uribe la paz no es más que una quimera. La solución política al conflicto sólo es posible con otro gobierno", subrayó Márquez. "Un nuevo gobierno que, haciendo de la paz su objetivo cimero, recoja las tropas en sus cuarteles y manden a los gringos para su casa", añadió.
También descartó que el grupo rebelde se acogieran al asilo político ofrecido por Francia si aceptan el intercambio humanitario de rehenes por guerrilleros presos.
"Los verdaderos combatientes no cambian las montañas de la patria ni sus convicciones por un humillante destierro en ultramar", criticó.
"Con Uribe la paz no es más que una quimera. La solución política al conflicto sólo es posible con otro gobierno"
En declaraciones a BBC Mundo, Jaramillo dijo que "dentro de la 'lógica' de las FARC uno anticiparía que responderían eso".
"Tal vez habría podido haber algunos matices, como por ejemplo a la hora de rechazar la propuesta de asilo francesa a los guerrilleros que sean liberados en un intercambio humanitario", añadió.
Jaramillo explica que las FARC no están interesadas en dar muestras de debilidad después de que ocurrió la Operación Jaque y tras sufrir reveses militares importantes, así como la pérdida de jefes.
"Lo que está expresando Márquez es la posición de la ortodoxia, lo que siempre ha manifestado el Secretariado de las FARC. Por eso siguen diciendo que son el ejército del pueblo y que representan el futuro revolucionario de América Latina", dice.
Jaramillo, que trabajó en el gobierno del presidente César Gaviria (1990-1994), cuando negoció la paz con tres pequeños grupos guerrilleros, considera que la negativa de Márquez a la oferta francesa también es un mensaje a la comunidad internacional.
Ese mensaje, según el experto, es: "A nosotros no nos manosean, ni nos ganan con halagos, ni estamos haciendo la guerra para que nos den asilo".
Distanciamiento de Chávez
En la entrevista con Telesur Márquez también justifica los secuestros diciendo que las FARC están en su derecho de buscar por todos los medios la libertad de los combatientes presos tanto en Colombia como en Estados Unidos.
Las declaraciones se hacen a pesar de que el presidente de Venezuela Hugo Chávez, simpatizante del movimiento, exhortara a las FARC a dar fin a su lucha de cuatro décadas y a liberar, de forma incondicional, a todos los secuestrados que tiene en su poder.
El corresponsal de BBC Mundo en Caracas, Carlos Chirinos, explica que aunque las FARC ya han dejado saber que no comparten el análisis histórico político del presidente Chávez, el mandatario venezolano ha insistido varias veces en plantear la idoneidad de la desmovilización.
"Lo que está expresando Márquez es la posición de la ortodoxia, lo que siempre ha manifestado el Secretariado de las FARC. Por eso siguen diciendo que son el ejército del pueblo y que representan el futuro revolucionario de América Latina"
Eran tiempos en los que el presidente venezolano no había expresado las duras críticas a los métodos de la guerrilla que planteó meses después en lo que muchos analistas consideraron un radical giro de su postura frente los rebeldes colombianos.
Ese giro coincidió con la estrategia de reacercamiento al gobierno colombiano del que se había distanciado a raíz de la salida de Chávez del proceso mediador.
Confirmación de Cano
Márquez confirma también el nombramiento de Alfonso Cano como jefe máximo del grupo rebelde tras la muerte de Manuel Marulanda "Tirofijo" en marzo pasado, lo que garantiza "la continuidad de los planes".
Se refiere además al audaz operativo en el cual el Ejército colombiano rescató a la política Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y otros 11 militares y lo tildó de "traición" de dos guerrilleros que custodiaban a los rehenes.
Este rescate es apenas uno de varios golpes contundentes que las FARC han recibido este año.
El grupo rebelde perdió a comienzos de año a dos altos dirigentes, incluyendo el segundo en el mando Raúl Reyes, que murió en un ataque realizado en territorio de Ecuador y que causó el rompimiento de relaciones entre Quito y Bogotá.
También han sufrido una serie de deserciones y, según las autoridades, tienen problemas de comunicación, movilización y abastecimiento.