La votación terminó con meses de polémica entre el presidente, George W. Bush, y la oposición demócrata, que querían condicionar los nuevos fondos a un cronograma de retiro de la tropas en territorio iraquí.
Aunque el Partido Demócrata cuenta con mayoría en ambas Cámaras, no tiene suficientes legisladores (dos tercios del total) para evitar que el mandatario vete sus iniciativas.
Bush, quien elogió esta tarde "el consenso" que permitió aprobar el proyecto de ley, ya había vetado una ley anterior que planteba el repliegue de los soldados estadounidenses.
La oposición logró al menos la aprobación de ciertos requerimientos al gobierno iraquí para que demuestre progresos en varias áreas de su gestión si quiere asegurarse el apoyo estadounidense.
Además, consiguió que se asignaran US$20.000 a distintos proyectos domésticos, entre ellos un programa de asistencia a los veteranos de guerra.
Y los demócratas también consiguieron que, tras una década de espera, se aprobara el incremento del salario mínimo, que se eleverá paulatinamente de los actuales US$5,15 por hora a US$7,25 en 2009.
Hasta setiembre
La victoria política de Bush con la aprobación de este proyecto eleva el total del presupuesto para las campañas bélicas de Irak y Afganistán a más de US$565.000 millones.
La nueva inyección de recursos para la guerra durará hasta septiembre, cuando se hará necesaria una nueva partida de dinero.
"Al votar esta ley, los miembros de ambos partidos pueden mostrar a nuestras tropas, a los iraquíes y al enemigo que nuestro país apoya a los hombres y mujeres en las regiones de conflicto", sostuvo Bush en la Casa Blanca.
El presidente también anticipó que los próximos meses serán críticos para el éxito de la nueva estrategia de seguridad para Irak.
Por eso, pidió que la estrategia de EE.UU. fuera establecida por los comandantes en el terreno y no por políticos en Washington.
Tiempos duros
Bush dijo que en los próximos meses esperaba combates duros con más víctimas ,tanto entre las fuerzas estadounidenses como entre las fuerzas del gobierno iraquí.
El jueves, el ejército estadounidense en Irak confirmó que el cadáver que se halló flotando en el río Eúfrates era uno de los tres militares secuestrados por la insurgencia 12 días atrás.
Con el soldado Joseph Anzack, ya son unas 3.436 las bajas en el ejército estadounidense desde que éste lideró la invasión en marzo de 2003 para derrotar al régimen de Saddam Hussein.
Mientras, en EE.UU. la mayoría de las encuestas sigue reflejando el descontento creciente de la opinión pública con la gestión de Bush.
Los últimos sondeos muestran que tres cuartas partes de la población creen que la guerra es un fracaso.