Nicolas Sarkozy asumió este miércoles la Presidencia de Francia con la gran incógnita de cuánto podrá reformar un país que en los últimos tiempos ha mostrado una fuerte resistencia a los cambios.
Sarkozy, un político de derecha de 52 años, recibió el mando de su antecesor Jacques Chirac durante una ceremonia que tuvo lugar en el palacio del Elíseo, la sede presidencial.
En su primer discurso como presidente, Sarkozy prometió cumplir escrupulosamente con sus promesas de cambio radical. También dijo que defenderá la identidad e independencia de Francia y trabajará por una Europa que defienda a sus ciudadanos.
Más tarde Sarkozy cruzó la avenida de los Campos Elíseos en un automóvil convertible, colocó una ofrenda floral en el Arco del Triunfo y rindió homenaje a jóvenes de la resistencia francesa fusilados en 1944 en el bosque de Boulogne, a las afueras de París.
Se espera que este miércoles Sarkozy parta en su primer viaje oficial a Alemania.
Pero buena parte de sus retos le esperan dentro de Francia.
¿Quién es Nicolás Sarkozy?
¿Apertura?
Sarkozy obtuvo una clara victoria electoral el 6 de mayo al derrotar con 53% de los votos a su adversaria socialista Ségolène Royal.
Pero una nueva batalla electoral se abre con las elecciones legislativas de junio, en las que apuesta a obtener una mayoría.
El nuevo presidente francés genera apoyos pero también rechazos en la sociedad francesa, y en los últimos días se ha esforzado por mostrar una imagen de apertura para ampliar su base de respaldo.
Según la prensa local, ofreció cargos ministeriales a dirigentes de diferentes ideologías, incluso de izquierda.
Su gabinete será reducido, de 15 ministros, mitad hombres y mitad mujeres.
Como primer ministro se espera que designe a François Fillon, un ex secretario de Educación con cierta imagen moderada.
Pero Sarkozy ha prometido una "ruptura tranquila" con el pasado francés y entre las reformas anunciadas figuran algunas polémicas como la reducción de las asistencias estatales, mayor control de la inmigración y una flexibilización de las normas laborales.
"Conflictividad"
La historia reciente de Francia demuestra que, más allá de las mayorías legislativas, los principales desafíos a la autoridad pueden estar en las calles con manifestaciones de protestas y huelgas sindicales.
"El tema esencial es la relación con los sindicatos", explicó el analista político Guy Hermet.
A su juicio, Sarkozy podría negociar la creación de un servicio mínimo obligatorio en los servicios públicos (sobre todo transporte) en casos de huelga, pero tendría más problemas para aprobar horas de trabajo adicionales a la semana laboral de 35 horas, exentas de impuestos.
"(Eso) va a ser una fuente de fuertes conflictos con los sindicatos, que quieren demostrar que controlan su clientela", dice Hermet.
Esta semana Sarkozy mantuvo reuniones con los cinco mayores sindicatos del país en procura de sentar las bases para un diálogo social.
"Es la capacidad del gobierno de escucharnos y tener en cuenta nuestras propuestas sindicales lo que hará la diferencia en materia de conflictividad"
"Es la capacidad del gobierno de escucharnos y tener en cuenta nuestras propuestas sindicales lo que hará la diferencia en materia de conflictividad", aseguró Dupont.
Por lo pronto, el gremio de estudiantes de una de las universidades de Sorbona ya votó medidas de lucha contra los planes de reforma en la educación superior y grupos de izquierda convocaron a manifestaciones contra Sarkozy el mismo día de su asunción.
En su último mensaje como presidente, Chirac pidió a los franceses en la noche del martes que se mantengan "siempre unidos" y sean "solidarios" más allá de sus diferencias.
Todo un síntoma de los retos que enfrenta Francia.
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