Según la iniciativa, la Casa Blanca podrá disponer de casi US$43.000 millones, pero deberá presentar un informe sobre el avance de la guerra y el cumplimiento de metas claras si quiere que se le autoricen otros casi US$53.000 millones.
El presidente George W. Bush, anticipó que si el proyecto es respaldado por el Senado, está dispuesto a vetarlo, tal como hizo con la iniciativa que establecía plazos para la retirada de las tropas.
Pero por otra parte insinuó la posibilidad de llegar a un entendimiento con los demócratas -autores de la iniciativa- al decir que la idea de establecer metas claras sobre la evolución de la presencia de EE.UU. en el país del golfo era algo razonable.
Oposición republicana
El proyecto fue aprobado en la Cámara de Representantes por 221 contra 205 y la oposición de la mayoría de los republicanos.
Según los analistas, esto significa que tiene pocas posibilidades de ser ratificada por el Senado, donde los demócratas tienen menos fuerza numérica.
Incluso, en la cámara baja la votación siguió a un arduo debate en el que los republicanos insistieron en que el Congreso no puede hacer cambios a la financiación de la guerra.
Los demócratas por su parte, reiteraron el mensaje de su líder, Nancy Pelosi, en el sentido de que el Capitolio no le dará a Bush un "cheque en blanco" para una intervención militar que "ha sido un fracaso".
La guerra en Irak está causando diferencias internas en las filas de cada partido.
Antes de aprobarse este proyecto de ley, se había rechazado una iniciativa que establecía el retiro de las tropas en un plazo de 180 días desde la sanción de la norma que liberaba la totalidad de fondos solicitados por Bush.
En tanto, una decena de legisladores republicanos expresaron malestar por el desgaste que está produciendo la cuestión de Irak y amenazaron con romper filas con Bush si no ven un progreso sustancial hacia septiembre.