Poco después de su discurso 42 personas murieron por la explosión de un coche bomba a las afueras de una mezquita.
El estallido se produjo en un templo sunita, en el pueblo de Habbaniyah, en la provincia de Anbar.
También siete personas murieron y treinta resultaron heridas en una serie de atentados con explosivos en Bagdad, según el informe de Jane Peel, corresponsal de la BBC en Bagdad.
"Soy muy optimista sobre este plan por la cooperación entre la gente y las fuerzas de seguridad"
El primer ministro dijo que muchos otros sospechosos habían abandonado la capital, pero prometió que serían llevados a la justicia.
Además, agradeció la colaboración de la población para que el plan funcione.
"Soy muy optimista sobre este plan por la cooperación entre la gente y las fuerzas de seguridad", dijo Al-Maliki.
Acusaciones
Comandantes militares de Estados Unidos también han hablado bien del nuevo plan de seguridad, aunque creen que en realidad los insurgentes están escondiéndose y que en cualquier momentos regresarán.
En el último operativo de seguridad realizado, el ministerio del Interior dijo que las fuerzas estadounidenses e iraquíes habían asesinado a decenas de insurgentes sunitas en el norte de Bagdad.
Esos insurgentes pertenecían a un grupo conocido como el Ejército Islámico de Irak.
Figuras polítcas sunitas han acusado al gobierno chiíta de concentrar sus ataques en grupos sunitas y no perseguir a las milicias chiítas.
El gobierno niega estas acusaciones.
En otros acontecimientos, miles de chiítas salieron a las calles de la ciudad de Najaf para protestar por el arresto del hijo de un poderoso lídero político chiita.
Ammar al-Hakim, hijo de Abdul Aziz al-Hakim (del Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Irak), fue detenido por pocas horas el viernes en la frontera de Irak con Irán.
El embajador de Estados Unidos en Irak, Zalmay Khalilzad, pidió disculpas por el incidente.