Una crisis política se desató en Irak luego de una operación en Basora, en la que tropas británicas y fuerzas iraquíes destruyeron la estación de policía de Jameat.
El recinto estaba bajo el control de una unidad supuestamente responsable de haber llevado a cabo actividades ilegales.
La unidad, creada para encarar crímenes graves, ha sido acusada de conformar escuadrones de la muerte y robar.
El ejército británico dijo que su operación había sido precipitada por informaciones de inteligencia que advertían el posible asesinato de presos.
El concejo provincial en Basora condenó inmediatamente la acción como ilegal y provocadora, diciendo que no había sido informado de la operación.
El líder de organismo, Mahoma al Labadi, dijo que la cooperación con el ejército en Basora se retiraría.
Sin embargo, el portavoz militar británico, el mayor Charles Burbridge, dijo que el primer ministro iraquí (Nuri al-Maliki) había dado una clara indicación que quería disolver la controvertida unidad.
El militar dijo además que otros líderes políticos y religiosos también habían expresado su apoyo a la iniciativa.
El corresponsal de BBC en Bagdad señala por su parte que una aparente victoria militar ahora amenaza con convertirse en un desastre político.
Explosión
Mientras tanto el espiral de violencia no cesa en la capital iraquí.
Diez civiles murieron en una explosión con carro bomba en un área comercial de Bagdad y al menos otros 11 habrían resultado heridos en el ataque que ocurrió a las 15:30 hora local (1230 GMT).
La explosión causó un estruendo a lo largo y ancho de Jadida, una zona mayoritariamente chiita en la parte oriental de la ciudad, señaló la policía.
En otra parte de Bagdad, un atacante suicida mató a por lo menos dos personas e hirió a cerca de 20, todos ellos pasajeros de un microbús.
Un reciente informe estadounidense afirma que los ataques contra tropas y civiles han alcanzado su nivel más alto desde que el gobierno iraquí provisional tomó el poder en junio 2004.
Por lo menos 100 personas fallecen en el promedio cada día en Bagdad, muchos de ellos en ataques sectarios, advierten corresponsales.