Miembros del Parlamento Europeo instaron a sus gobiernos a que aclaren todos los aspectos relacionados con la existencia de cárceles secretas de la CIA en ese continente.
La reacción se da luego que el presidente de EE.UU., George W. Bush, admitiera este miércoles la existencia de tales centros de reclusión controlados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que, según dijo, fueron utilizados para retener a sospechosos de terrorismo.
Una de las parlamentarias al frente de las investigaciones, Sarah Ludford, indicó que las palabras de Bush ponen en ridículo a los gobierno europeos que, hasta ahora, habían rechazado la existencia de estas prisiones.
Entretanto, el mandatario estadounidense enfrenta críticas de políticos opositores y activistas de derechos humanos luego que reconociera por primera vez la existencia de cárceles secretas fuera de Estados Unidos.
Críticas en casa
El senador demócrata Robert Menendez señaló que lo que se necesita es un "cambio de rumbo" político en lugar de "maquillar" la realidad.
Por su parte, Dick Marty, quien investigó para el Consejo de Europa el tema de las cárceles secretas, manifestó que una democracia tan fuerte como la de EE.UU. ahora debe ser capaz de decir toda la verdad sobre el programa de prisiones de la CIA.
"Un pequeño grupo de presuntos líderes terroristas capturados durante la guerra han sido interrogados fuera de Estados Unidos, en un programa separado operado por la CIA "
Al admitir la existencia de las prisiones, agregó: "Estos hombres son peligrosos. La seguridad de nuestra nación, las vidas de nuestros ciudadanos, dependen de nuestra capacidad para anticiparnos a los terroristas".
Bush dijo que 14 importantes sospechosos han sido trasladados a la base naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
Entre ellos se encuentra Kahlid Sheikh Mohammed, el supuesto cerebro de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Según él, todos estos prisioneros también estarán protegidos a partir de ahora por la Convención de Ginebra, la cual prohíbe todo tratamiento cruel, inhumano o degradante, hacia los detenidos.
Estados Unidos había sido blanco de fuertes críticas a nivel internacional por no reconocer el estatus de prisioneros de guerra -según esa convención de 1949- a los combatientes extranjeros que capturaba como parte de su "guerra contra el terror".
Sin embargo, en julio Bush se vio obligado a reconocerles ese derecho, después de que la Corte Suprema de su país bloqueara los planes de crear tribunales especiales para enjuiciar a los prisioneros de Guantánamo.
Petición al Congreso
En su discurso televisado de este miércoles, junto a familiares de personas que perdieron la vida en los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, Bush dijo que ya no hay ningún sospechoso de terrorismo bajo el programa de la CIA.
"Estados Unidos no tortura. No lo he autorizado ni lo autorizaré"
Pero insistió en que "Estados Unidos no tortura. No lo he autorizado ni lo autorizaré", dijo.
El mandatario añadió que le ha pedido al Congreso que apruebe urgentemente una legislación que deje en claro que el personal militar de Estados Unidos cumple sus obligaciones de conformidad a la Convención de Ginebra.
Bush dijo que el Congreso debe garantizar que los sospechosos de terrorismo no puedan utilizar los tribunales estadounidenses para demandar a estadounidenses implicados en la "guerra contra el terror".
El mandatario también anunció que solicitará al Congreso que autorice a los tribunales militares a que juzguen a los detenidos en el centro de reclusión de Guantánamo por crímenes de guerra.