Los atletas llegaron al estadio por la entrada antigua.
|
Cuenta la leyenda que Napoleón dijo a sus tropas al llegar a las pirámides: "Soldados, miles de años los contemplan". Algo similar se podría decir a los atletas de lanzamiento de peso, que este miércoles compiten en la vieja Olimpia.
Las ruinas del estadio son testigo del regreso de las competencias olímpicas, 1.600 años después de la realización de los últimos.
Los lanzadores de bala participan en lo que es una de las pruebas olímpicas originales, el lanzar una piedra lo más lejos posible.
Pero ahora ya no son piedras y además también compiten mujeres, algo jamás permitido en los Juegos antiguos.
En la competencia femenina ganó la rusa Irina Korzhanenko, en segundo lugar quedó la cubana Yumileidi Cumba y tercera finalizó la alemana Nadine Kleinert.
El ucraniano Yuriy Bilonog obtuvo el oro en la prueba masculina, seguido de Adam Nelson de Estados Unidos y Joachim Olson de Dinamarca.
El viejo estadio fue dedicado a Zeus hace unos 3.000 años.
En la actualidad es el sitio donde cada cuatro años se enciende el fuego olímpico, el mismo que luego es trasladado a la ciudad anfitriona.
En el caso de Atenas, que queda solamente a unos 320 kilómetros al noreste, la llama recorrió el mundo, descansó la última noche en el Partenón e ingresó en el Estadio Olímpico en el punto culminante de la ceremonia de apertura, el viernes pasado.