Jonathan Amos
BBC, Ciencia
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Tal cual es costumbre, la sonda japonesa recibirá un nuevo nombre cuando esté en órbita.
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La nave japonesa Solar-B partirá en unos diez días con el objetivo de aportar con sus tres telescopios nueva información sobre las gigantescas llamaradas que emergen de la superficie del Sol.
Estas erupciones solares son capaces de enviar partículas y radiación hacia la Tierra, generando problemas con las comunicaciones y poniendo en riesgo a misiones espaciales que queden expuestas a ellas.
Aunque los científicos comprenden perfectamente el proceso de generación de las explosiones solares, no son capaces de predecir cuando ocurrirán.
La misión Solar-B buscará justamente nuevos elementos que permitan comprender la llamada "fase de inicio" del fenómeno.
La sonda japonesa no tripulada integra también componentes provistos por Estados Unidos y Gran Bretaña.
"Rápidas y furiosas"
La profesora Louis Harra, científica del capítulo británico del proyecto Solar-B, con base en el Laboratorio de Ciencias Espaciales Mullard del Colegio Universitario de Londres, califica a estas inmensas erupciones como "rápidas y furiosas".
"Son capaces de provocar disrupciones en las comunicaciones terrestres en sólo 30 minutos de registrada la explosión en la superficie solar", explicó.
"Es imperativo que entendamos qué dispara estos eventos con el objetivo de poder predecir su ocurrencia con exactitud".
Harra indicó que "hay un gran interés en volver a la Luna y a Marte, especialmente en Estados Unidos, y para ello es importante tener predicciones tan exactas como sea posible, porque una gran llamarada podría causar serios problemas a los astronautas, incluso la muerte".
Está previsto que la sonda parta el próximo 22 de septiembre del Centro Espacial Uchinoura de la Agencia de Exploración Espacial Japonesa (JAXA) en el sur de Japón.