Aproximadamente 21% de los fumadores en Escocia no piensan acatar la ley.
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La prohibición de fumar en lugares públicos, como bares y restaurantes, entró en vigor este domingo en Escocia, Reino Unido.
La medida cuenta con entusiastas -para quienes se trata de un paso positivo en el logro de una vida más sana- y detractores, quienes aseguran que se perderán empleos y se atenta contra los derechos individuales.
Escocia -que tiene un sistema legal independiente- es el primer territorio del Reino Unido en aplicar la prohibición de fumar.
Irlanda del Norte introducirá la prohibición partir de abril
del 2007, e Inglaterra y Gales todavía no han aprobado una legislación sobre el tema.
De acuerdo con un sondeo encargado por la BBC, el 21% de los fumadores escocés no piensa acatar la ley.
La encuesta hecha a petición de la emisora de radio BBC Five Live -y basada en las opiniones de mil personas- determinó que los jóvenes de entre 18 y 20 años son los más dispuestos a incumplir la prohibición.
Las multas para quienes quebranten la ley ascienden a unos US$90 en el caso de los individuos, y hasta US$4.300 en cuanto a los establecimientos que no tomen las medidas adecuadas para garantizar el respeto a la ley.
En palabras del ministro escocés de Salud, Andy Kerr: "Como un país libre del efecto del cigarrillo, Escocia puede ahora aspirar a un futuro mucho más saludable".
Sin embargo, fuentes comerciales escocesas dijeron que cientos de bares podrían verse obligados a cerrar sus puertas y que se perderían hasta 2.500 puestos de trabajo.