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Ciencia | ||||||||||||||||||||
Jueves, 08 de marzo de 2001 - 00:58 GMT
Adiós al "taladro" del dentista
![]() El doctor Dafydd Evans ha ensayado con éxito la nueva técnica.
Los odontólogos han descubierto una manera menos dolorosa de tratar los problemas dentales de los niños.
Esto podría significar el fin del traumático proceso de perforación y relleno. El nuevo método, conocido como la técnica de Hall, supone pegar una corona de metal sobre los dientes afectados de los infantes. Esto evitaría que la caries se disemine hasta que el diente, finalmente, caiga por sí mismo. A diferencia del proceso que se utiliza tradicionalmente, el nuevo método no envuelve la destrucción parcial del diente afectado. Sin embargo, la práctica sólo es apropiada para niños con caries en sus molares primarios, los dientes de agarre situados en la parte trasera de la boca.
Fuera de lo ortodoxo El doctor Dfydd Evans, de la sección infantil de la Escuela Dental, quien supervisa las pruebas, dijo que su primera reacción cuando supo que se usaba esa técnica, fue de abierta incredulidad. "Parecía ir en contra del sentido común, simplemente cubrir lo dientes cariados con una corona de metal. Pero la práctica parecía merecer atención". "La técnica usual de perforación y relleno" dice el doctor Evans "no es popular entre los niños pequeños y, en general, los odontólogos temen asustarlos si tratan de rellenar los dientes cariados. Por esto, la gran mayoría de las caries en dientes de pequeños menores de cinco años se quedan sin tratamiento". "En consecuencia, casi la mitad de los niños escoceses tienen que extraerse al menos un diente para cuando han alcanzado la edad de ocho años", agrega el odontólogo. Casi indoloro El doctor Evans indica que uno de los beneficios de la técnica Hall es que no envuelve inyecciones, remoción de caries o preparación de los dientes. Por lo tanto, implica un mínimo de dolor e intromisión.
Un estudio piloto entre un grupo de niños de entre 5 y 9 años de edad, encontró que los 45 niños a los que se les puso las coronas no tendrían ningún problema en recibir el tratamiento de nuevo. De los padres, todos menos uno se mostraron satisfechos con la técnica. La excepción fue un padre que objetó el color de la corona. |
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