En este autorretrato, realizado en su estudio de Cuzco, Perú, en 1923, Martín Chambi refleja su personalidad de fotógrafo. Estudia la luz natural y recrea esta atmósfera que simula un cuarto oscuro, viéndose en su propio negativo.
Chambi nació en 1891 en Coaza, un pueblo indígena muy remoto, cerca del lago Titicaca. Su archivo contiene numerosas imágenes de los indígenas que vivían alrededor del lago y en sus islas.
Ésta es una de sus fotos más tempranas que se conservan, del río Chili, Arequipa, hecha en 1917. Chambi se mudó a esa ciudad en 1908 y allí comenzó a aprender el arte fotográfico con Max T. Vargas, un importante artista arequipeño.
Para Chambi, ésta era la foto simbólica de su arte. En ella quería representar la reciedumbre de su raza. Se convirtió en un sello en 1934. Luego la hizo reproducir en una medalla de oro, que regaló a su hija Julia, también fotógrafa.
De esta foto hay cinco versiones. Aquí Chambi demuestra su capacidad para hacer puestas en escena. A través de este juego, que consiste en introducir una ficha en la boca de un sapo, representa la unión del pueblo mestizo y el indígena.
Chambi se mudó a Cuzco en 1920, atraído por el reciente descubrimiento de Machu Picchu. Para hacer estas fotos, tenía que viajar a pie durante varios días, llevando su cámara sobre una mula. La cámara y el trípode pesaban unos 20 kilos.
En esta foto, realizada por encargo de los dueños de una hacienda cerca de Cuzco, Chambi pone a los hacendados junto a los jefes militares y eclesiásticos, pero debajo, en primer plano, sitúa a los indígenas, al pueblo a que él se debe.
Esta foto de una boda ahora pertenece a la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York. La registra con una cámara de 18x24 cm para lograr esta luminosidad. En el laboratorio, oscurece los ángulos para destacar el contraste.
En Cuzco y sus alrededores también hizo muchas fotografías de fiestas populares. Después de un tiempo, regresaba y les regalaba las fotos. Por eso, todo el mundo quería tener a Martín Chambi en sus fiestas.
Chambi hizo dos versiones muy conocidas de esta foto de un pordiosero gigante de Paruro, a quien encontró en uno de sus viajes. Luego llamó a un periodista de Lima para hacerlas publicar en la revista Variedades.
A los indígenas y mendigos los retrataba con la misma altivez, con la misma dignidad, algo que no hacían los demás fotógrafos de su época. (Textos: Teo Allaín Chambi, nieto del fotógrafo, entrevistado por Manuel Toledo, BBC Mundo)
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