Con vientos de más de 80 kilómetros por hora, algunas personas se atrevieron a caminar por la costa para observar la fuerza del huracán.
Katrina, de categoría uno, es un atractivo para los surfistas que quieren desafiar el fuerte oleaje.
Algunos turistas, como esta de Lituania con su hija de 9 años, no se quedan atrás y -a pesar de las advertencias sobre el peligro del huracán- se dan un chapuzón.
Mucha gente decidió llenar los tanques de combustible de sus vehículos y almacenar alimentos.
El oleaje aumentó considerablemente y muchas casas de la costa han sido evacuadas.
Las autoridades han advertido sobre el riesgo de inundaciones.
Un hombre murió cuando un árbol cayó sobre el auto en el que viajaba.
Los vientos superan los 130 km. por hora.
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