Nueva frontera Etiopía-Eritrea

Unas 80.000 personas perdieron su vida durante la guerra de la frontera.

Un conflicto de años podría acabar este sábado cuando una comisión de arbitraje internacional presente sus conclusiones sobre la sangrienta disputa fronteriza entre Etiopía y Eritrea.

Los soldados de Naciones Unidas tienen como objetivo mantener la paz en la zona.

Unas 80.000 personas han muerto y centenares de miles han tenido que desplazarse por la lucha entre los dos países, calificada por observadores como "una vuelta a la guerra de trincheras" de la Primera Guerra Mundial.

Las fuerzas militares de ambos bandos cavaron trincheras a lo largo de la frontera, que, según corresponsales, llegó a estar literalmente "regada de cadáveres".

Las dos partes prometieron respetar la decisión de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, un panel de cinco jueces, expertos en tratados y juristas internacionales.

Sin embargo, mucho dependerá de qué nación consigue el control de tres áreas clave en la línea de frontera de mil kilómetros, donde han tenido lugar las batallas más sangrientas: Badme, Zalambessa y Bure.

El conflicto comenzó en mayo de 1998, cuando Eritrea -que se independizó de Etiopía en 1993- invadió un territorio que Etiopía consideraba que formaba parte de su país.

Acuerdo de Paz

Luego de meses de fuertes luchas, el ejército de Etiopía anexó la mayor parte del terreno agrícola del país pequeño.

Eritrea, con una población de tres millones y medio de habitantes, comparados con los 65 millones de etíopes, estuvo de acuerdo en acabar con los ataques en junio de 2000.

Al cabo de seis meses se firmó un acuerdo de paz y se determinó la creación de la comisión sobre la cuestión fronteriza.

Este sábado la comisión hará público su veredicto, aunque ya lo ha comunicado a ambas partes.

La relación entre los dos países ha sido muy tensa y Naciones Unidas ha desplegado a 4.200 soldados en misión de mantenimiento de paz en las zonas disputadas.