Su objetivo es no inyectar más dólares a la economía capitalista.
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Contrario a lo que cualquiera se pueda imaginar, ellos no comen lo que encuentran en la basura porque estén en medio de la desesperación y la pobreza.
Dicen hacerlo como una declaración política y, aunque pocos esperarían hacerlo de esta forma tan
sui generis
, la verdad es que hay una comunidad entera en Nueva York que obtiene su comida de la basura, y lo hace por convicción.
Vea una noche con los freegan.
Ellos son los
Freegans
, cuyo nombre y el de su estilo de vida,
freeganismo
, resultan de una combinación de las palabras inglesas
free
(gratis, libre) y
vegan
(vegetariano estricto).
Según Janet Kalish, quien además de
freegan
es profesora de secundaria, tienen razones de sobra para hacer lo que hacen.
"Los
Freegans
somos un grupo al que le preocupa mucho la manera como desperdiciamos en nuestra sociedad", le dijo a BBC Mundo.
"Hay un gasto tremendo de buena comida y de otros recursos y queremos enseñarle a la gente que esto está pasando, porque no es poco a poco sino urgente: estamos acabando con el planeta".
Noche de ronda
¿Pero comer de la basura? ¿No es acaso lo último que le pasaría por la mente a una persona que tiene la opción de obtener sus alimentos normalmente?
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Hay un gasto tremendo de buena comida y de otros recursos y queremos enseñarle a la gente que esto está pasando... estamos acabando con el planeta
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"Es un asco para mucha gente ver que estamos sacando cosas de la basura y eso es normal", reconoció Kalish.
"Yo entiendo perfectamente, porque yo sentía lo mismo el primer día y, aunque siempre me había gustado ahorrar, entiendo que es diferente sacar algo de la basura", aseguró.
BBC Mundo estuvo recientemente con los
Freegans
en una de las rondas nocturnas que, desde principios de los años 90, realizan cada miércoles por las calles de Manhattan, una gira que, además de vencer un inusual frío de abril, incluyó paradas en tres supermercados, dos panaderías y una tienda de rosquillas.
No por coincidencia, todos los establecimientos estaban ubicados en el East Side de la ciudad, una zona que agrupa varios de los barrios más exclusivos de la Gran Manzana.
Reciclar alimentos
Poco después de iniciar el recorrido, frente a un supermercado, los resultados fueron evidentes.
Para obtener productos de los mejores supermercados no hay que ir de compras.
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No llevaban diez minutos escarbando en la basura cuando este grupo de alrededor de 15
freegans
se aseguró cada uno su porción de verduras, galletas, panes, productos enlatados, frutas y jugos, entre otras cosas.
Un joven que se identificó como Charlie y cuya forma de vestir y hablar evoca más a los activistas que suelen protestar las cumbres del G-8 que a los pacifistas de los años 60, le explicó a BBC Mundo cómo se puede reciclar alimentos de la basura.
"Esta papa, por ejemplo, tiene una mancha pequeña en este lado, pero sólo es cuestión de lavarla, cortarla y ponerla a hervir. Eso no es para nada peligroso".
Contra la economía capitalista
Un grupo de mujeres que buscaba incisivamente en un grupo de bolsas celebró un hallazgo.
Rebecca Dahl encontró lechugas orgánicas, manzanas y tomates.
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"¡Encontré una caja de lechuga orgánica sin destapar y que no vence hasta dentro de dos días!", comentó emocionada una de ellas, Rebecca Dahl.
"Acá tengo también una caja entera de manzanas verdes y una bolsa llena de tomates", agregó sonriendo.
El
freeganismo
no sólo se refiere a la comida.
Reciclar bicicletas, ropa y muebles, constituyen otras de las formas en la que los
freegans
desafían el control e influencia que el sistema y las grandes corporaciones tienen sobre su vida.
A fin de cuentas, lo importante para los
freegans
no es conseguir la comida gratis o las bicicletas o la ropa o los muebles.
Lo que pretenden es no inyectar más dólares a la economía capitalista.