La comida se sirve a las seis y media en punto. El menú es un sólo plato: ortigas frescas cosechadas ese día.
Este es el menú del Campeonato Mundial de Comer Ortigas que celebra todos los años en el Bottle Inn, un pub del pueblo de Marshwood, en Dorset al suroeste de Inglaterra.
Los comensales tienen una hora cronometrada para comer la mayor cantidad de hojas de esta planta que sus papilas gustativas les permitan.
Hace once años que valientes comensales entran en esta competencia que siempre se realiza la semana antes del solsticio de verano en el hemisferio norte.
Quienes han probado las ortigas aseguran que para entrar a esta excéntrica competencia mundial hay que tener un estómago de acero.
Una de las reglas principales es que, quien abandone la mesa por cualquier razón, sean fisiológicas o por lluvia torrencial - como hubo ese día- queda descalificado.
Tampoco es válido ponerse cualquier tipo de anestesia en la boca para evitar que duela cuando se mastica esta hoja llena de espinitas.
Durante la competencia sólo se permite tomar líquido de cualquier tipo, de preferencia cerveza que se vende en el pub, que ayuda a tragar las ortigas.
Los competidores
Fukes comió 10 ramas y sació su sed con la copa de ganadora.
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Este año el número de competidores fueron 46: 31 hombres y 15 mujeres.
Quien ganó fue Paul Collins, un diseñador gráfico local quien sorprendido por las 28 ramas de hoja ortiga, algo así como 17 metros, que se había comido exclamó: "Nunca me imaginé que sería campeón mundial de algo".
Entre las mujeres la campeona fue Sonia Fueks, una radióloga que en esa hora alcanzó a comer 10 ramas de ortiga, algo así como seis metros.
Quien sostiene el record mundial desde hace años es Simon Sleigh, un hombre grande de aspecto rudo y campestre.
Sleigh no sólo ganó durante tres años consecutivos, del 2000 al 2003, sino que en este último batió el record, comiendo 38 ramas, alrededor de 23 metros.
Luego dejó de participar y no lo hará más, salvo que alguien le quite su marca. "Ahí tendré que volver a defenderlo", dijo sin temor de tener que regresar a sentarse a la mesa.
Cómo comer ortiga
Aunque quienes viven en la campiña inglesa conocen recetas caseras de sopa de ortigas, comerla así nomás es todo un arte, porque con sólo rozar la planta produce una picazón muy fuerte en la piel. No la comen ni las vacas.
Las ortigas se cosechan la mañana de la competencia y a todos los competidores se les entrega un cierto número de ramas y conforme van comiendo las hojas, se les entrega más. Quien tiene más ramas peladas gana.
Algunos competidores aunque comen menos destacan más.
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Los que participan de esta excéntrica competencia en Inglaterra han desarrollado una técnica que los ayuda a comer un bocado de ortiga sin picarse la lengua.
La mejor manera es agarrar la parte de debajo de la hoja, donde no halla espinitas y doblarla hacia adentro. Algunos, con estómagos de hierro juntan varias, las doblan, las amasan con las manos, forman una bolita antes de darle bocado.
Aunque las reglas de la competencia no han variado desde su fundación, los organizadores señalaron que esta vez la hoja de ortiga estaba más grande, más amarga y más dura.
Esto se debió a que este año el inverno en Europa fue mucho más templado y la planta salió más temprano de lo normal. Según los conocedores, la mejor época para comerlas es entre abril y mayo cuando todavía están tiernas y cuando se puede decir: ¡Buen provecho!