Para los conservadores, el programa viola los preceptos islámicos.
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¿Ha pensado alguna en vez mudarse al Medio Oriente? Si nunca ha considerado esa posibilidad tal vez ahora deba hacerlo.
Si usted está harto de los Reality Shows que inundan los canales de televisión de casi todo el mundo y no puede ignorar el tema ya que es el pan de cada día en la oficina, en los bares y hasta en los autobuses, tal vez el un país de mayoría musulmana sea la solución a sus problemas.
Y es que un canal de televisión árabe, el Centro de Radiodifusión de Medio Oriente (MBC por sus siglas en inglés), decidió suspender la versión árabe del programa Gran Hermano, a raíz de las quejas de los musulmanes conservadores.
La serie comenzó hace pocos días -el 22 de febrero- y en menos de una semana provocó una ola de protestas en Bahrein, país donde se filma la serie.
El viernes, más de 1.000 personas protestaron contra el show. Los musulmanes conservadores denunciaron que el formato del programa representa una violación de los valores islámicos.
"Yo he visto el programa y creo que debe ser prohibido" dijo Shahnaz Rabi'i, una maestra de 34 años que ayudó en la organización de las protestas.
"Nuestra religión dice que los hombres y las mujeres no deben mezclarse. Este programa es una amenaza para el Islam. Es un entretenimiento para animales", exclamó la maestra.
Polémica
Por su parte, la cadena de TV afirmó que no tenía la intención de provocar una polémica.
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Nuestra religión dice que los hombres y las mujeres no deben mezclarse. Este programa es una amenaza para el Islam. Es un entretenimiento para animales
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"No queremos generar revuelo, por eso decidimos suspender la producción del programa", afirmó MBC en un comunicado.
En la versión árabe de Gran Hermano, 6 hombres y 6 mujeres de diferentes países del mundo árabe conviven en una casa hecha con tal propósito en la isla de Amwaj, en Bahrein.
La casa cuenta con una habitación destinada a las plegarias y un área reservada para las mujeres así como un área común.
Sin embargo, estas modificaciones que buscaban reflejar las costumbres árabes no fueron suficientes para calmar los ánimos de quienes se oponían al programa.