Los voluntarios para canjearse por secuestrados son de varios países.
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Que 120 personas quieran canjearse por algunos de los muchos que están cautivos, en manos de guerrilleros y delincuentes comunes, llama la atención en un país como Colombia, donde ha habido 22 mil secuestros en los últimos 12 años, según la fundación País Libre.
Esos voluntarios para relevar a los secuestrados no solo viven en Colombia, sino en Alemania, Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Paraguay y el Reino Unido.
Así se lo informa a BBC Mundo en Bogotá un sacerdote católico que omite su nombre y se hace llamar "Martín".
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Se trata de tomar el lugar de los cautivos, para que estos vuelvan a la libertad y regresen a sus casas después de años de haber sido rehenes.
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Él es uno de los impulsores de la Operación Kolbe, que tomó su nombre de Maximiliano Kolbe, un sacerdote y mártir polaco, quien murió en reemplazo de un prisionero en un campo de concentración Nazi y quien fue canonizado en 1982.
¿Canjearse por un secuestrado? Sí, se trata de tomar el lugar de los cautivos, para que estos vuelvan a la libertad y regresen a sus casas después de años de haber sido rehenes, explica "Martín".
El sacerdote señala que aunque la iniciativa, que se promueve a través de una dirección electrónica, comenzó congregando a sacerdotes y religiosos, ahora también agrupa a laicos, personas casadas y miembros de otras confesiones, de ambos sexos.
¿Una alternativa?
Luego de que el gobierno del presidente Álvaro Uribe cesó la mediación de su colega venezolano Hugo Chávez para buscar un acuerdo humanitario con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la Operación Kolbe vuelve a aparecer en escena.
"Martín" explica que el gesto de su grupo no está sujeto "a ningún tipo de instrumentalización para fines políticos o personales".
"Si a mí los captores me dicen: le entrego a una persona enferma, yo me voy inmediatamente. Si me dicen, le entrego a un soldado o a un campesino, me voy. Para mí es un ser humano que está privado de la libertad injustamente", afirma el sacerdote.
"Los secuestrados tienen que seguir en el centro, porque son el centro del drama colombiano", insiste el sacerdote.
"Martín" dice que hasta ahora no han recibido ninguna respuesta de quienes tienen secuestrados en su poder, entre ellos la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tiene 46 secuestrados que pretende canjear por guerrilleros presos.
BBC Mundo les preguntó a dos expertos en secuestro sobre la viabilidad de la propuesta de Operación Kolbe.
Elogios y críticas
Olga Lucía Gómez, directora de la fundación País Libre, una organización que lucha contra el secuestro y les presta asesorías a las familias, elogia la iniciativa, pero dice que es difícil llevarla a la práctica.
Según Gómez, la Operación Kolbe tiene "una intención ética y moral muy importante, para decirle al mundo entero que Colombia está harta y cansada de que las personas lleven tantos años en cautiverio y no pase nada".
Pero Rubén Darío Ramírez, quien fue jefe del programa presidencial contra el secuestro entre 1998 y 1999, no le ve futuro a la iniciativa de la Operación Kolbe.
"De 1.500 secuestrados que logramos la liberación, solo en un caso los captores aceptaron que la señora se cambiara por su esposo mientras (éste) sacaba el dinero para pagar", le dijo Ramírez a BBC Mundo.
Según el experto, "el pulso político (entre el gobierno y las FARC a propósito del acuerdo humanitario) no se soluciona con este tipo de iniciativas".
Sin embargo, Gómez dice que gestos como la Operación Kolbe sirven para recordar el drama del secuestro en Colombia.
"Este viernes, cuando se inicia la navidad, en varias ciudades de Colombia vamos a encender luces por todos los secuestrados y sus familias, que son más de los 46 del acuerdo humanitario", agrega.
Gómez señala que, aunque se han reducido los secuestros, las cifras históricas de ese delito son "escandalosas" y lamenta que "de alguna forma nos hemos acostumbrado a este horror".
Y aunque "Martín" admite que no es fácil que los captores de los secuestrados en Colombia acepten la propuesta de la Operación Kolbe, insiste en que se trata de "ahondar la conciencia de los colombianos".