La planta está siendo construida por una empresa finlandesa en el lado uruguayo de la frontera.
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Los bloqueos contra la construcción de una planta papelera en Uruguay amenazan con trasladarse por primera vez a Buenos Aires, en momentos de mayor movimiento turístico entre los dos países.
Es que grupos ambientalistas de la ciudad de Gualeguaychú, en Argentina, anunciaron que realizarán piquetes sorpresivos en la terminal portuaria de ferries en la capital del país.
Ahora miles de viajeros argentinos que suelen pasar sus vacaciones de verano en playas de Uruguay viven con nerviosismo la posibilidad de las protestas.
Gualeguaychú se encuentra frente a la localidad uruguaya de Fray Bentos, donde la empresa finlandesa Botnia construye una planta de celulosa.
Los ambientalistas se oponen a la instalación de la fábrica por considerar que contaminará el río Uruguay, que sirve de límite entre ambos países. Pero el gobierno de Montevideo lo ha negado.
De la tierra al río
Hasta el momento los manifestantes sólo han realizado bloqueos en puentes fronterizos sobre aquel curso de agua. Pero ahora amenazan con interrumpir el tránsito en el Río de la Plata, la principal vía de comunicación entre las dos naciones.
Los manifestantes ya había llevado la protesta a la Plaza de Mayo de Buenos Aires.
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Nelson Castro, de la Prefectura argentina, dijo que reforzaron la seguridad de la terminal portuaria y tienen órdenes de "garantizar el ingreso y egreso de pasajeros y vehículos, y dejar libre la zona de navegación".
Por su parte Claudio Merelas, portavoz de Buquebus -la mayor empresa de ferries- afirmó: "Hace 20 años que estamos transportando a uruguayos y argentinos. Trataremos de cumplir con nuestros servicios".
Buquebus posee siete barcos que unen varias veces al día Buenos Aires con las ciudades uruguayas de Colonia y Montevideo, con conexiones de ómnibus a Punta del Este, el principal destino turístico de los argentinos en el país vecino.
El año pasado, los ambientalistas de Gualeguaychú llevaron su protesta ante el gobierno de Néstor Kirchner con una marcha a la Plaza de Mayo. También estuvieron en el puerto de Buenos Aires, aunque sólo distribuyeron volantes entre los viajeros.
Del otro lado del Río de la Plata el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, dijo que la amenaza de un nuevo bloqueo "genera indignación" y expresó su esperanza de que Kirchner lo evite.
"Confiamos en que Argentina tomará medidas para impedir este tipo de acciones", manifestó Gargano.
Amenaza la turismo
El contingente argentino -el más importante en el negocio turístico de Uruguay- mermó el año pasado, según las autoridades de ese país.
Uruguay considera que los bloqueos están afectando a la industria turística.
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Montevideo ya había demandado a Buenos Aires ante el Mercosur alegando que los bloqueos violaban el Tratado de Asunción, el acuerdo fundacional del bloque que garantiza la libre circulación de personas y bienes.
Según Uruguay, las protestas le causaron daños de al menos US$400 millones tanto en pérdida de visitantes como de ventas comerciales.
Un tribunal del Mercosur determinó que Argentina no actuó "con las debidas diligencias" para prevenir las protestas. Sin embargo, decidió no sancionar al gobierno de Kirchner ante el reclamo uruguayo de una indemnización.
El conflicto ha llegado hasta la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que aún debe pronunciarse sobre si el proyecto uruguayo es contaminante o no.