El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció hoy la captura de Francisco Javier Arellano Félix, presunto cabecilla del cartel mexicano de Tijuana.
"Con la detención de este hombre se termina con la dinastía de los hermanos Arellano Félix", señaló Mike Braun de la agencia antidrogas estadounidense, la DEA, por sus siglas en inglés.
"Sentimos que hemos decapitado a la serpiente", agregó el funcionario quién calificó a Francisco Javier como "uno de los maleantes más despiadados involucrados en el narcotráfico a nivel mundial".
Según la DEA, tras la muerte o arresto de sus hermanos mayores, Francisco Javier llevaba el liderazgo del cartel, que llegó a ser uno de los más poderosos y temidos en México.
Viaje de pesca
Según explicó el subsecretario de Justicia, Paul McNulty, el arresto se produjo en aguas internacionales cuando Arellano estaba pescando, a unos 25 kilómetros de las costas mexicanas de Baja California.
En la embarcación, llamada "Dock Holiday" también se encontraban otros ocho adultos y tres menores.
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Sentimos que hemos decapitado a la serpiente
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Entre ellos, también habría sido detenido el jefe de los guardaespaldas del cartel, Arturo Villarreal, conocido como "El Nalgón", aunque esa información no ha sido confirmada.
El funcionario explicó que Arellano estaba dentro de los 45 narcotraficantes más buscados por EE.UU. y que se le atribuyen por lo menos 20 asesinatos.
En Washington se le considera además el "cerebro" que ideó un gran sistema de túneles para contrabando descubierto en enero pasado.
Posible cadena perpetua
Arellano Félix es acusado de encabezar una organización criminal en México.
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La captura, realizada según las autoridades estadounidenses el lunes en la mañana, se logró gracias a una pista que le llegó a la DEA hace 14 meses sobre el plan de ir a pescar de Arellano, conocido también como "El Trigillo".
"Creemos que es uno de los arrestos más importantes en la lucha al narcotráfico en Estados Unidos y en México", dijo Paul McNulty.
Francisco Javier fue acusado en México en 1993 de asociación delictiva para asesinar al cardenal Juan Posadas Ocampo.
Pero también en EE.UU. pesaba no sólo una acusación formal sobre su cabeza desde julio del 2003, sino también se ofrecía una recompensa de US$5 millones por información que llevara a su captura.
Los cargos presentados incluyen lavado de dinero, fraude organizado, conspiración para importar y distribuir cocaína y marihuana.
Estos cargos conllevan como pena la cadena perpetua.