Steve Kingstone
BBC, Cabrobo
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El obispo había dicho que su lucha es por la causa del pueblo.
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Un obispo brasileño que pasó 11 días en huelga de hambre terminó su protesta luego de que el gobierno acordara posponer un proyecto medioambiental.
El obispo Luis Flavio Cappio, de 59 años de edad, tomó su decisión luego de sostener conversaciones con un ministro del gobierno en Cabrobo, en el nordeste de Brasil.
Las autoridades planeaban desviar agua del río San Francisco hacia una zona que es dañada frecuentemente por la sequía.
Pero los críticos dijeron que sólo se beneficiarían los terratenientes ricos del lugar.
También señalaron que el proyecto, con un costo estimado de US$2.000 millones, era demasiado caro y reduciría la cantidad de energía hidroeléctrica que en la actualidad generan las represas en el río.
Reunión
El obispo Cappio anunció el fin de su huelga de hambre frente a su pequeña iglesia pintada con cal.
Lo decidió después de conversar durante seis horas con Jacques Wagner, un ministro que vino desde Brasilia.
Demacrado y cansado, dijo: "Declaro que suspendo mi ayuno a favor de la vida".
De parte del presidente de Brasil, Wagner acordó extender el diálogo sobre el controvertido proyecto que provocó esta huelga de hambre.
Ahora tendrá lugar un debate nacional sobre los méritos del proyecto y el obispo ha sido invitado a Brasilia a reunirse con el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Lo que el obispo no logró aquí fue la cancelación inmediata del proyecto, que era lo que pedía inicialmente.
Pero sus partidarios locales, incluidos miembros de una tribu india, ya están celebrando lo que ven como una famosa victoria.