El número de muertes tras el paso del huracán Stan por el sur de México y Centroamérica aumentó este jueves a 230, después de que un deslave cerca de un centro turístico de Guatemala mató a 40 personas.
Todavía quedan personas atrapadas por las crecientes inundaciones.
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Socorristas sacaban docenas de cuerpos de entre las lomas colapsadas tras las inundaciones que causaron los torrenciales aguaceros.
Las labores de asistencia se dificultan pues aún siguen cayendo sobre la región las lluvias remanentes de las ráfagas de Stan que empezaron a azotar la región el pasado fin de semana.
Todavía quedan personas atrapadas por las inundaciones.
Decenas de miles más permanecen en albergues y refugios, donde los abastecimientos de alimentos y medicinas están disminuyendo.
Ayuda internacional
En la medida en que se hace evidente la escala del desastre en Centroamérica, la región ha empezado a recibir las primeras promesas de ayuda internacional.
La región ha empezado a recibir las primeras promesas de ayuda internacional.
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Naciones Unidas envió equipos de evaluación de desastre y ya otorgó fondos de asistencia a El Salvador y Costa Rica.
La Unión Europea, Estados Unidos y Venezuela también ofrecieron su ayuda.
México, donde la tormenta igualmente causó estragos, se sumó al grupo de países que ofrecieron enviar provisiones a El Salvador.
El organismo de control de desastres de Guatemala confirmó a la agencia de noticias Reuters que 40 personas murieron tras el deslave gigante en Santiago Atitlán, una zona turística al oeste de Ciudad de Guatemala.
Las autoridades indicaron que entre 20 a 30 poblaciones permanecen incomunicadas.
Desbordes en México
En el sur de México, poblados enteros fueron arrasados por el desbordamiento de ríos.
La infraestructura de la región sufrió costosos daños.
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En Guatemala y El Salvador, decenas de cuerpos han sido encontrados bajo el lodo luego de grandes derrumbes de terrenos anegados.
Decenas de miles de personas se quedaron sin techo.
En conversación con la BBC, Luis Luna, oficial regional para el Caribe y Centroamérica del Comité Internacional de la Cruz Roja, subrayó el impacto que el fenómeno tuvo para El Salvador, diciendo que este es "el efecto ciclónico más desastroso que han tenido desde el huracán Mitch" que arrasó en 1998 y provocó alrededor de diez mil muertes en todo Centroamérica.
Luna afirmó que su organización está atendiendo a más de 1.500 familias damnificadas en El Salvador.