Tras varias semanas de audiencias, dos comisiones legislativas que investigaron las denuncias de corrupción en Brasil, recomendaron la expulsión del Parlamento de los 18 diputados implicados en el escándalo.
El escándalo de corrupción ha puesto en aprietos al gobierno del presidente Lula da Silva.
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Los legisladores fueron vinculados a un esquema ilegal de recibir dinero a cambio de votar a favor de proyectos de ley, supuestamente organizada por el oficial Partido de los Trabajadores (PT) para lograr apoyo para sus propuestas en el Congreso.
Los implicados provienen de seis partidos políticos distintos, incluyendo a José Firceu, ex jefe del gabinete del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y quien renunció a su puesto el pasado 17 de junio tras ser acusado junto a la plana mayor del PT de dirigir el esquema de sobornos a los parlamentarios.
El informe de la investigación parlamentaria indica que el Congreso debe cortar su propia piel para recuperar la confianza pública.
Los corresponsales en Brasilia destacaron que las semanas de investigaciones congresionales han puesto al descubierto la corrupción en el corazón del sistema político brasileño.
Destitución de Jefferson
Los investigadores recomendaron la destitución del diputado Roberto Jefferson.
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Los investigadores también recomendaron la destitución del legislador que lanzó las denuncias de corrupción, Roberto Jefferson.
Como consecuencia del escándalo, la cúpula del partido gobernante fue descabezada, dos de sus ministros perdieron sus cargos y varios de sus funcionarios enfrentan acusaciones de corrupción.
Los detractores del presidente brasileño indican que si Lula sabía, fue permisivo con la corrupción y que si no estaba informado, fue inepto porque no sabía qué ocurría en su gobierno.
Por su parte, Lula dijo que no se suicidará, no renunciará y no permitirá que lo saquen del poder.