Ambientalistas temen que las especies desaparezcan antes de siquiera ser catalogadas.
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Brasil acaba de abrir su primer banco de ADN destinado específicamente para el registro y preservación de muestras genéticas de plantas en peligro de extinción.
Se estima que 20% de las especies de plantas del planeta crecen en el gigantesco país suramericano.
El banco abre en un momento en que los bosques del país son destruidos a un ritmo alarmante según organizaciones ambientalistas.
El banco de ADN sólo tendrá cinco investigadores trabajando a tiempo completo en el Jardín Botánico de Río de Janeiro
Parte de sus tareas será el secar las plantas para extraerles muestras de su código genético para ser usado en investigaciones.
Pero se teme que, en la práctica, lo que estos científicos puedan avanzar quizás sea como una gota en el océano.
Carrera contra el tiempo
Según el ministerio del Ambiente, en Brasil hay más de 50.000 especies sólo en plantas florales, por lo que, con la capacidad instalada del nuevo banco genético, los expertos necesitarían unos cincuenta años para catalogar.
Pero los ambientalistas advierten que los bosques están desapareciendo a un ritmo mucho más rápido que el de los botánicos.
Hoy día, de la selva de Mata Atlántica sólo sobrevive un 7%, cuando en un pasado relativamente reciente se extendía a lo largo de toda la costa del país.
En el Amazonas, la mayor reserva de plantas desconocidas, cada año es destruida una extensión de bosques del tamaño de un país como Haití.
El banco genético no necesariamente permitiría la recuperación de especies que resulten extintas, para ello se requeriría, además, un banco de semillas.
El gobierno brasileño sólo cuenta con un banco con unas 750 semillas de plantas de uso agrícola.
De modo que a pesar del pequeño progreso que implica la creación del banco de ADN, algunos científicos se quejan de que Brasil está haciendo muy poco para investigar y conservar su diversidad vegetal.
El país tiene reglas estrictas para detener la biopiratería, lo cual impide que las plantas sean tomadas para su preservación en el extranjero.