El oficialismo predice un "terremoto electoral".
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A poco más de un mes para las elecciones de alcaldes y gobernadores en Venezuela, la oposición aceptó participar en los comicios, aún cuando mantiene su posición de que en el referéndum revocatorio, realizado el pasado 15 de agosto, hubo fraude.
La coalición opositora Coordinadora Democrática tuvo que superar una crisis interna antes de decidir su participación, debido a presiones para que "boicoteara" los comicios regionales, informó el corresponsal de la BBC Ian Bruce.
Por su lado, los candidatos de los partidos que apoyan al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, están confiados en que lograrán una "contundente" victoria, según el corresponsal de la BBC.
Este optimismo se basa en los resultados del referéndum que se realizó en el mes de agosto para decidir si el presidente Chávez seguía o interrumpía su mandato, en el que el oficialismo obtuvo el 58,25% de los votos.
Objetivos y dilemas
Bajo el lema "Venezuela ha cambiado para siempre", los organizadores del oficialismo, conocidos como el "Comando Maisanta", predicen un "terremoto electoral" a favor de los partidos del gobierno.
El objetivo del oficialismo es triplicar el número de alcaldías y gobernaciones. Es decir, esperan ganar 300 puestos, de los 337 que se deberán elegir el próximo 31 de octubre.
La oposición debe persuadir a su electorado de que tiene sentido asistir a unos nuevos comicios.
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De cumplir con sus objetivos, el oficialismo tomaría gobernaciones y alcaldías "claves" que aún no controlan.
Mientras tanto, la oposición se enfrenta a un dilema: por un lado los partidos esperan mantener sus gobernaciones y alcaldías pero por el otro deben persuadir a su electorado de que tiene sentido asistir a unos nuevos comicios, aún cuando piensan que todo el sistema electoral está contra ellos.
Luis Manuel Esculpi, uno de los líderes de la Coordinadora Democrática, dijo a la BBC que ha sido difícil llegar a un acuerdo y que la coalición le pidió al Consejo Nacional Electoral que realice una serie de cambios para participar en las elecciones regionales.
Por ejemplo, exige que el conteo de los votos sea manual, en vez de automatizado como ocurrió en el referéndum revocatorio.