La autoridad tributaria de Venezuela exigió el jueves a tres canales privados de televisión el pago de unos US$ 2 millones en impuestos por la transmisión de propagandas de la oposición hace más de un año.
Medios privados consideran la medida una venganza del gobierno por hacerse eco de las protestas.
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La medida fue calificada por uno de los medios como una venganza del gobierno del presidente Hugo Chávez.
El Servicio Autónomo de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT) dijo que notificó a los canales RCTV, Televen y Venevisión el reclamo del pago de los tributos por las donaciones de publicidad que esas empresas concedieron a la coalición opositora Coordinadora Democrática, que trata de impulsar un referendo revocatorio contra el presidente.
Las propagandas fueron transmitidas durante un paro contra el gobierno, entre diciembre del 2002 e inicios de febrero del 2003,
que buscaba la dimisión del presidente y que suspendió las ventas de petróleo del quinto exportador mundial de crudo.
Guerra mediática
Chávez se comunica al país por medio de cadenas de radio y televisión.
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En Venezuela, la mayoría de los medios privados son severos críticos del presidente Hugo Chávez.
Por su parte, el gobierno los obliga a transmitir continuamente sus actos y mensajes, encadenando las señales de radio y televisión a las transmisiones de la estación del Estado, Venezolana de Televisión, de tendencia abiertamente oficialista.
Marcel Granier, directivo de RCTV, dijo que la medida busca silenciar a los medios privados, a los que Chávez ha amenazado con cerrar bajo el argumento de que mienten y quieren derribar su gobierno.
RCTV fue multada por 2.000 millones de bolívares, Venevisión por 1.500 millones y Televen por 580 millones, lo que representa en conjunto unos US$ 2,1 millones.
Según los afectados, las donaciones no deberían estar sujetas a cargas tributarias.
Chávez califica a esas tres plantas televisoras, y al canal de noticias Globovisión, como "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" y los acusa de haber sido cómplices del golpe de estado que produjo su salida del poder por tres días en abril del 2002.