¿Sin plomo?¿Cuánto necesita?

La escasez de gasolina se agudiza con los días.

Escribe José Baig, enviado especial de la BBC a Venezuela

La escena transcurre en una calle cerrada del este de Caracas.

"¿Sin plomo? ¿Cuánto necesita?"

Es una de muchas ventas clandestinas que han surgido en los últimos días como respuesta a la escasez de combustible.

La "operación" la realizan dos hombres. En un camión, de los que se usan para las mudanzas, tienen por lo menos ocho barriles con 230 litros de gasolina cada uno.

"Tuvimos que ir hasta la recta de El Tigre (a más de cuatro horas de carretera) para conseguirla, está cada vez más difícil", comenta uno de ellos.

El precio de venta es de mil bolívares el litro (US$ 0,58). Una suma que mucha gente está dispuesta a pagar, a pesar de la astronómica diferencia con el precio oficial de alrededor de 97 bolívares por litro (US$ 0,06).

"Una buena propina"

En las mismas estaciones, ahora custodiadas, hay un mercado negro de combustible.

Pero los "llenaderos" clandestinos como éste son apenas una de las estrategias que han adoptado los venezolanos para enfrentar la creciente escasez de combustible.

En algunas de las pocas estaciones de gasolina que abren, se puede llenar el tanque del automóvil y, de paso, cuatro o cinco recipientes de plástico, con el requisito previo de una generosa "propina" al empleado de la estación de servicio.

Del "negocio" también participan algunos de los responsables de la distribución de la gasolina en la estaciones, y hasta los policías y militares encargados de custodiar las gasolineras.

La ley venezolana prohíbe la venta de combustibles en recipientes plásticos, pero tras un mes y medio de semi paralización de la industria petrolera parece no haber una sola familia que no tenga su reserva en casa.

De hecho, hace apenas dos días, siete personas de la misma familia murieron y otras cuatro sufrieron quemaduras, cuando estallaron los bidones de gasolina que tenían depositados dentro de la casa.

Otro de los mecanismos es una impresionante red de información entre amigos y conocidos.

"Mira, acaba de llegar una gandola (camión cisterna) de sin plomo a la bomba (gasolinera) de La Urbina", advierte una voz del otro lado del teléfono.

De inmediato se activa la "red" y todos los que pueden se acercan a formar parte de las largas colas en las estaciones de servicio.

Gasolina a domicilio

Tuvimos que ir hasta la recta de El Tigre (a más de cuatro horas de carretera) para conseguirla, está cada vez más difícil

Vendedor clandestino de gasolina

Pero quizá el ejemplo más claro de que el mercado negro de combustibles ha llegado a un alto grado de sofisticación es la venta de gasolina a domicilio.

Unos pocos afortunados ya han logrado conseguir uno de estos proveedores.

"Buenos días, ¿el señor Gilberto, por favor?"

La voz del otro lado de la línea contesta:

"Él no está, pero déjeme su pedido y él después lo llama. Porque supongo que usted está llamando para pedir gasolina, ¿no?"

Cuando finalmente se establece el contacto, Gilberto toma nota del pedido y se acuerda una cita.

Sin salir de casa, y sin el riesgo de ser capturado "in fraganti" comprando gasolina en la calle, el suertudo poseedor del número de Gilberto puede rellenar su tanque.

Estas modalidades del mercado negro de combustibles en Venezuela responden también a la preocupación de la gente, no por la escasez actual, sino por la posible escasez futura del combustible.

En un ambiente permanente de rumores e informaciones no confirmadas, muchos creen que lo más sensato es tener una buena reserva de gasolina "por si se llega a presentar una emergencia".