Manifestantes escoltan a uno de los heridos en Lasjan.
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Al menos diez personas murieron y varias más resultaron heridas en la zona de Cachemira administrada por India cuando las fuerzas de seguridad de ese país abrieron fuego por segundo día consecutivo contra manifestantes musulmanes.
Los ataques se produjeron este martes, cuando miles de personas desafiaron el toque de queda diurno aplicado por el ejército indio en Srinagar y otras ciudades del valle de Cachemira, mayoritariamente musulmán, para protestar contra la muerte el lunes de cinco personas, entre ellas el importante líder separatista, Sheikh Abdul Aziz.
Las tropas indias dispararon para dispersar una protesta en la ciudad norteña de Bandipora, matando a tres personas e hiriendo a otras ocho, mientras que otros tres manifestantes cayeron en las zonas de Rainawari y Lasjan, en las afueras de la capital de la región, Srinagar.
Aumenta la violencia
La oleada de protestas contra el control de India sobre la región se ha vuelto más violenta y amenaza con poner fin a las esperanzas de paz tras años de relativa calma, según explica el corresponsal de la BBC, Ethirajan Anbarasan.
El periodista asegura que el valle no era escenario de manifestaciones de tal calibre desde la rebelión separatista contra India, hace 20 años.
Lo que empezó como manifestaciones a pequeña escala por el control de una reducida porción de tierra se convirtió en protestas y contra protestas multitudinarias en cada vez más localidades de Cachemira y en la región de Jammu, de mayoría hindú y situada más al sur.
Según el jefe de la policía local, Kuldeep Khuda, el ejército impuso el toque de queda para "garantizar un entierro pacífico a Sheikh Aziz".
Repartición de tierras
Musulmanes ondean la bandera paquistaní durante el funeral de un líder separatista.
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Aziz se encontraba entre los miles de manifestantes que el lunes pasado marcharon hacia la llamada Línea de Control, la frontera de facto con la zona de Cachemira controlada por Pakistán.
El objetivo de la marcha era apoyar a los comerciantes de fruta que no pueden vender su mercancía porque, según dicen, las protestas hindúes bloquean las principales carreteras que unen el valle con el resto de la India.
Desde hace semanas, los hindúes protestan contra la decisión del gobierno indio de dar marcha atrás a la asignación de 40 hectáreas al Comité del Templo de Amarnath, manifestaciones que ya se han cobrado la vida de más de 20 personas.
Las autoridades cambiaron de opinión tras las presiones recibidas por los musulmanes, quienes consideran que la asignación de tierras alteraría el balance demográfico de la zona.