Jana Beris
BBC Mundo, Jerusalén
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Momentos dramáticos se vivieron este miércoles al mediodía en Jerusalén, cuando un palestino montado en una pala mecánica o buldózer embistió varios vehículos particulares, taxis y dos autobuses en una calle céntrica de la ciudad.
Antes de ser baleado de muerte por dos efectivos de seguridad, causó la muerte de por lo menos tres personas y dejó a casi 50 heridas.
Todo comenzó cerca de las 12:00 hora local, cuando un árabe residente de Jerusalén oriental, con cédula de identidad israelí y con antecedentes policiales, se lanzó a una violenta carrera conduciendo un "Caterpillar" de 150 toneladas cerca del centro de la ciudad.
La policía confirmó que el individuo era empleado de una de las muchas empresas de construcción que trabajan desde hace meses en distintos proyectos por las calles de Jerusalén y que, al parecer, conducía en forma permanente, en las obras, el vehículo con el que cometió su atentado.
El hombre comenzó a viajar contra el tráfico por la calle Sarei Israel, aplastando a varios coches particulares que se hallaban en su camino, pisando transeúntes que caminaban por la calle.
Dobló luego a la vía céntrica Jaffa, continuando con su ataque mortal, volcando a un lado a dos autobuses con numerosos pasajeros.
"Estaba como loco"
"Es un ataque muy complejo, que fue finalmente frenado por la determinación de las fuerzas de seguridad", declaró en el lugar de los hechos el Inspector General de la policía Dudi Cohen.
"Es muy difícil detener a un terrorista que decide actuar solo", agregó antes de presentar ante las cámaras a Moti Mizraji, efectivo de un comando motorizado policial que llegó al sitio del atentado y logró subirse al tractor cuando todavía estaba en marcha.
"El atacante estaba como loco, pegado al volante, seguía adelante en camino hacia el centro", contó Mizraji.
Una mujer policía de tránsito le intentó disparar, un civil también abrió fuego hacia el árabe y fueron finalmente los dos disparos de Mizraji los que lo neutralizaron.
Aplastados
Vehículos sin techo, con la tapa del motor totalmente levantada, con señales de impacto directo del gran tractor, se encuentran en el escenario del atentado, con manchas de sangre sobre el pavimento.
Más de una hora se necesitó para lograr mover el vehículo del atacante, a fin de sacar de abajo de una de sus ruedas un coche particular que quedó totalmente destrozado por el peso . De su interior fue sacado el cuerpo sin vida de una mujer.
"Encontramos allí también un coche de bebé -contó Moshe Suisa, jefe de bomberos de Jerusalén- pero no encontramos en el coche, aunque todo estaba como pulverizado, indicios de que hubiese allí una criatura".
Este es el primer atentado perpetrado en Jerusalén desde el ataque contra la yeshivá (seminario de estudios rabínicos) Merkaz Harav en el mes de marzo en el que murieron varios jóvenes estudiantes.
El atentado es cometido en un momento en el que Israel y la Autoridad Nacional Palestina negocian en un declarado intento de lograr un acuerdo de paz antes de fin del año en curso.
Los problemas en las negociaciones son numerosos, pero el primer ministro israelí y el presidente palestino han desarrollado una relación cercana de mutua confianza.
Problema en Jerusalén oriental
El ataque ocurrió en la popular calle de Jaffa, en el centro de la ciudad.
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Una característica de los dos últimos ataques, es que sus responsables son habitantes de la parte oriental de Jerusalén, que para Israel es parte soberana de su capital y para los palestinos, parte de la capital de su futuro Estado independiente.
Lo complejo al respecto, desde el punto de vista israelí, es que los residentes de Jerusalén oriental tienen cédula azul y, como el resto de los israelíes, derecho a movilizarse libremente por todo el territorio nacional.
El problema para los servicios de seguridad de Israel surge cuando junto a israelíes árabes que viven en pleno respeto de la ley, hay también quienes aprovechan sus permisos y su estatuto legal para cometer atentados.
En este caso, el arma misma utilizada para atacar mortalmente -el enorme buldózer- fue el vehículo de trabajo del atacante, empleado en una empresa de construcción israelí.