Muchas personas murieron aplastadas por árboles o los techos de sus casas.
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Un fuerte ciclón azotó el sur de Birmania dejando más de 350 muertos, miles de viviendas destruidas e interrumpiendo los servicios de electricidad, agua y teléfono en varias ciudades, incluida Rangún, la ex capital.
La junta militar que gobierna el país declaró zona de desastre en cinco estados, principalmente a orillas del delta del río Irrawaddy tras el paso del ciclón Nagris que alcanzó categoría tres con vientos de entre 190 y 240 kilómetros por hora.
Según los servicios meteorológicos, la tormenta se desplaza ahora hacia Tailandia, donde las autoridades declararon el estado de emergencia.
Precisamente desde la capital de ese país, Bangkok, la oficina regional de Naciones Unidas informó que los jefes de sus agencias humanitarias mantendrán este lunes una reunión para preparar un plan de ayuda.
Según expertos en desastres de la ONU, la evaluación de los daños y la extensión del impacto del ciclón, demandará varios días.
"Zona de guerra"
No se sabe si las autoridades aceptarán ayuda internacional.
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Mientras tanto, desde Rangún un diplomático envió un correo electrónico a la agencia Reuters describiendo la situación en la ex capital birmana con una introducción contundente: "Total zona de guerra".
"Hay árboles tirados en todas las calles, postes eléctricos caídos. Hospitales devastados. Falta el agua limpia", dice.
La compañía estatal de electricidad informó a que le llevará varias semanas restablecer el servicio de energía en la ciudad donde viven cinco millones de personas.
Mientras tanto, las imágenes de otras poblaciones en la región del delta del río Irrawaddy son desoladoras. Según las primeras estimaciones oficiales, allí "tres de cada cuatro edificios han sido dañados o destruidos por el ciclón".
Fuentes oficiales estiman que unas 20.000 viviendas fueron destruidas y 90.000 personas se quedaron sin hogar. Agregan que efectivos de la policía y el ejército están desarrollando operaciones de rescate.
La televisión estatal también informó que unas cuatro embarcaciones se hundieron en la costa de Rangún como consecuencia del ciclón.
Momento político
La junta militar que gobierna Birmania desde 1962 recibió fuertes condenas.
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El desastre se produce a sólo una semana de una consulta popular para aprobar el texto constitucional que redactó el gobierno, pero sin el apoyo de la oposición democrática.
Hasta el momento no se sabe si la Junta Militar que desde 1962 dirige el país con métodos cuestionados por la comunidad internacional, decidirá mantener firme la fecha de convocatoria al referendo, previsto para el 10 de mayo.
El viernes pasado el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una declaración por unanimidad en la que le recordó al régimen birmano su compromiso de que la votación será "libre y justa".
Y aunque no hace expresa referencia a la situación de la líder del movimiento democrático birmano, la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, le pide incluir en la consulta a todos los actores políticos y respetar las principales libertades garantizadas por los derechos humanos.