Ahmadinejad anunció el inicio de la fase de instalación de las centrifugadoras.
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El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, dijo que su país ampliará su capacidad de enriquecimiento de uranio con 6.000 nuevas centrifugadoras en la planta de Natanz, en el centro del territorio.
El anuncio es un nuevo desafío al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que desde 2006 ha impuesto tres rondas de sanciones a Teherán por negarse a detener su programa nuclear.
Citado por la prensa estatal iraní, Ahmadinejad manifestó: "Hoy se inició la fase de instalación de 6.000 nuevas centrifugadoras", en las instalaciones subterráneas de Natanz, en el centro del país.
El servicio persa de la BBC confirmó que el total centrifugadoras ascendería a unas 9.000, si se añaden las 3.000 que el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) estima que ya fueron instaladas en Natanz.
La corresponsal de la BBC en Teherán, Pam O'Toole, señaló que "el mandatario además dijo que pronto revelaría lo que calificó de nuevo logros nucleares de su país".
El anuncio se hizo este martes, en el que Irán celebra el "día nacional de la tecnología nuclear" con ocasión de un nuevo aniversario de la primera producción iraní de uranio enriquecido, que es el paso necesario para producir energía atómica.
¿Más incentivos?
Países occidentales sospechan que Irán podría estar desarrollando armas nucleares, pero el gobierno iraní dice que su programa sólo persigue la generación de energía sin fines bélicos.
El Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania volverán a discutir este mes sobre el tema iraní.
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Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania se reunirán este mes con el propósito de decidir si ofrecen nuevos incentivos a Teherán para ponga fin a su programa nuclear.
Los iraníes han rechazado detener o limitar el programa y aseguran que las sanciones de las Naciones Unidas no han logrado debilitar sus áreas nucleares o militares.
Las sanciones incluyen el congelamiento de capitales en el extranjero de 13 compañías iraníes, la prohibición de viajar a cinco funcionarios iraníes y la restricción de vender material a Irán que pueda ser utilizado con fines militares.