Griffin dijo que deseaba "asumir nuevos retos".
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El jefe de seguridad diplomática del Departamento de Estado de Estados Unidos, Richard Griffin, renunció este miércoles a su cargo, luego de fuertes críticas por la manera como su oficina ha supervisado las firmas de seguridad privadas en Irak.
En específico, la renuncia está relacionada con un caso que involucra a la firma de seguridad privada Blackwater en la muerte de al menos 12 civiles en Irak.
Griffin, quien desempeñaba como secretario asistente de Estado para la seguridad diplomática, no mencionó a Blackwater en su carta de renuncia, y simplemente dijo que deseaba "asumir nuevos retos".
Su retiro se produce un día después de la publicación de un informe interno del Departamento de Estado, en el que se pide un control más efectivo de sobre las firmas de seguridad privadas que brindan protección al personal estadounidense en Irak.
Caso sonado
El pasado 16 de septiembre, guardias de Blackwater que protegían un convoy del Departamento de Estado, abrieron fuego contra una multitud en una plaza de Bagdad, con un saldo de 17 personas muertas.
El caso Blackwater despertó fuertes críticas contra el Departamento de Estado.
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El caso despertó fuertes críticas contra el Departamento de Estado.
La titular de esa secretaría, Condoleezza Rice, ordenó una serie de medidas de control que fueron sugeridas por un panel independiente que se creó a raíz del hecho.
Las muertes de los civiles iraquíes todavía están siendo investigadas por el FBI estadounidense.
Según el corresponsal de la BBC en Washington, Jonathan Beale, el incidente con Blackwater en Irak dificultó las relaciones con Bagdad y obligó a actuar al Departamento de Estado.
Una investigación del gobierno iraquí concluyó que los guardias de Blackwater dispararon contra civiles sin provocación.
El presidente de Blackwater, Erik Prince, insiste en que tiene evidencia para probar que los guardias de su empresa fueron atacados a tiros, y ha defendido la actuación de su firma ante el Congreso estadounidense.