La televisión birmana mostró imágenes de la líder opositora Aung San Suu Kyi con el enviado especial de la ONU.
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Las potencias occidentales han hecho circular por Naciones Unidas el borrador de un comunicado en el que condenan la "violenta represión" de las protestas pro democracia por parte del gobierno militar de Birmania.
En el texto, Estados Unidos, Francia y Reino Unido piden a las autoridades birmanas que liberen a los presos políticos y que emprendan inmediatamente el diálogo con los líderes de la oposición.
El gobierno de Washington, a título individual, sugirió que ejercería presión para la imposición de sanciones a Birmania.
Por su parte China dijo que ese tipo de presión sólo conduciría a una confrontación.
Entretanto, está previsto que varios grupos pro derechos humanos protagonicen por todo el mundo una jornada de actividades en apoyo a los manifestantes birmanos.
Hay eventos programados para las 12 del mediodía, hora local, en Austria, Australia, Canadá, Bélgica, Francia, India, Irlanda, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, España, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos.
El desafío birmano
El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Zalmay Khalilzad, destacó que estaba dispuesto a ir más allá de una mera condena de la junta militar de Birmania.
"Estados Unidos está horrorizado ante la represión brutal llevada a cabo por el régimen birmano contra su propio pueblo", dijo.
Advirtió además que si la junta militar no responde ante las demandas de la comunidad internacional, Estados Unidos está listo para introducir una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU para la imposición de sanciones.
Pero tanto Rusia como China se oponen a esa medida, argumentando que la situación en Birmania es una cuestión interna y que no supone una amenaza para la paz y la seguridad internacional.
Esa fue, precisamente, la postura que destacó el embajador birmano ante la ONU, Kyaw Tint Swe.
"A pesar de los trágicos eventos recientes, la situación en Birmania no es, repito: no es, una amenaza para la paz y la seguridad ni regional ni internacional. No se justifica una acción del Consejo de Seguridad", declaró.
Poco antes, el enviado de Naciones Unidas a Birmania, Ibrahim Gambari, había declarado que la situación en el país no puede volver al estado en que estaba antes de la crisis reciente.
Gambari expresó su preocupación por "los arrestos arbitrarios" y pidió que se libere a los presos políticos y se inicie el diálogo con la oposición.