Siete candidatos aspiran a reemplazar al presidente Ahmed Tejan Kebbah.
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El conteo de los votos se inició en Sierra Leone después de que un alto número de electores audieron este sábado a las urnas para elegir a un nuevo presidente, cinco años después del fin de la cruenta guerra civil que asoló la nación africana.
Los votantes esperan por los resultados oficiales, mientras se procede a contar los votos públicamente en las 6.000 mesas electorales del país.
Siete candidatos aspiran a reemplazar al presidente Ahmed Tejan Kebbah, quien dejará el poder tras dos mandatos.
Guerra civil
Las últimas elecciones en el país africano se celebraron en 2002 bajo el auspicio de Naciones Unidas y tras el fin de la guerra civil que durante diez años asoló el país.
En esta ocasión, la encargada de organizar las elecciones ha sido una nueva Comisión Electoral.
Según el corresponsal de la BBC en Freetown, la capital del país, Will Ross, estas elecciones son una oportunidad para mostrarle al mundo que Sierra Leona le ha dado la espalda a los años de inestabilidad y guerra civil.
Los favoritos
La misión de Naciones Unidas en Sierra Leona fue una de las mayores del mundo.
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Entre los candidatos a la presidencia, destacan tres favoritos.
El vice presidente del actual partido en el gobierno, el Partido Popular de Sierra Leona, Solomon Berewa, se enfrenta a Ernest Bichoroma, quien estuvo en el poder durante dos décadas, conduciendo el país hacia la guerra civil.
Según algunos corresponsales en el país, la ascensión de un nuevo partido político encabezado por el ex ministro, Charles Margai, dificultará que los candidatos obtengan el 55% de los votos necesarios para evitar una segunda vuelta.
Además, más de 500 candidatos aspiran a ocupar los 100 asientos del parlamento de país.
Cerca de 2,6 millones de personas de los 5 millones que componen el país están registrados para votar.
Durante la guerra civil que se extendió desde 1991 a 2002 murieron cerca de 50.000 personas en el país africano, que es el segundo más pobre del mundo.
El fin del conflicto, que en gran medida fue financiado con los diamantes de la ex colonia británica, sólo pudo ser posible con el desplazamiento de una fuerza internacional para garantizar la paz.