Estados Unidos planteó como parte de su nueva estrategia reestablecer la seguridad en Bagdad.
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Fuerzas de seguridad en Irak capturaron a un líder de alto rango de la insurgencia iraquí durante un allanamiento en Bagdad, informó el ejército estadounidense.
Se trata del jeque Abdul-Hadi al-Darraji, un importante asesor del clérigo radical chiita Moqtada Sadr, una de las figuras más influyentes en el país.
La oficina de Sadr afirmó que Darraji es su director de medios en Bagdad, la capital.
Darraji fue detenido durante una redada contra milicianos chiitas llevada a cabo en el este de Bagdad.
Se cree que Darraji encabezó un comité responsable del secuestro y asesinato de miembros de la fuerzas de seguridad y autoridades gubernamentales, y de la tortura y muerte de civiles.
"Él fue arrestado a la medianoche (21:00 GMT) junto con dos primos", le dijo a la agencia de noticias Reuters Abdel Mehid al-Matiri, portavoz de Sadr.
"Estamos furiosos. Esto es una suerte de venganza. El jeque Duraji se encarga de los medios. Él no es un militar", añadió.
Presión
El arresto tuvo lugar un día después de que el primer ministro iraquí, Nouri Maliki, anunciara la detención de 400 integrantes del Ejército Mehdi en el sur de Irak.
Pero los analistas señalan que el primer ministro iraquí depende políticamente del apoyo de Sadr, y algunos miembros de su partido creen que es mejor mantenerlo dentro del ámbito político más que provocarlo con la intención de expulsarlo.
Por otra parte, esta operación ocurre en momentos en que Bush intenta reestablecer la seguridad en la capital iraquí, como parte de su nueva estrategia en Irak.
Asimismo, coincide con la llegada al país del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien viajó a Irak para conversar con comandantes británicos y estadounidenses en la sureña ciudad de Basora.
Maliki se encuentra bajo creciente presión de EE.UU. para desmantelar a las milicias de Ciudad Sadr, conocida como el Ejército Mehdi, a quienes se responsabiliza por la violencia sectaria.
Según el corresponsal de la BBC Mike Wooldrige, la voluntad del gobierno iraquí (dominado por los chiitas) de atacar a las milicias chiitas es considerada como una prueba de fuego para la nuevos planes de seguridad delineados por Bush.