La ley fue aprobada previamente por el Senado a finales de septiembre.
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El presidente de Estados Unidos George W. Bush promulgó este jueves la ley que autoriza la construcción de un muro de 700 millas (1.126 kilómetros) en la frontera con México.
La ley fue aprobada por el Senado a finales de septiembre, antes del receso legislativo que dio paso al inicio de las campañas para las elecciones del 7 de noviembre.
"Firmo esta ley que es un paso importante para una reforma migratoria", señaló el mandatario en una ceremonia en la que le acompañaban varios funcionarios, entre ellos el vicepresidente, Dick Cheney.
El mandatario quería una reforma migratoria mucho más amplia, que incluía la legalización de los 12 millones de indocumentados que viven en el país.
Controversia
A pesar de que los republicanos tenían la mayoría en el Congreso, Bush nunca logró que se aprobara su propuesta.
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Tenemos la responsabilidad de aplicar nuestras leyes y proteger nuestra frontera
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A cambio, se firmó esta ley que autoriza la construcción de una valla que cubrirá la tercera parte del total de la frontera con México.
"Tenemos la responsabilidad de aplicar nuestras leyes y proteger nuestra frontera", señaló el mandatario.
Para los críticos, el muro es como "tratar de tapar el sol con un dedo", porque opinan que el problema es mucho más complejo. Además la valla, una vez que sea construida, sólo cubrirá un tercio de la frontera.
"Una valla va a ralentizar la entrada de gente por un minuto o dos, pero si no hay agentes para parar a los inmigrantes ilegales entonces no soluciona mucho. No estamos hablando de una barrera impermeable", señaló advierte T. J. Bonner, presidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza.
El año pasado, unos 1,2 millones de inmigrantes ilegales fueron arrestados tratando de pasar por la frontera entre Texas, Nuevo México, Arizona y California.
Bush considera esta ley un paso importante para una reforma migratoria.
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Por eso, para el ala más conservadora del partido republicano, la valla es un primer paso. "Es como tapar las goteras del techo para luego ver cómo se arregla el resto de la construcción", han dicho.
Los demócratas aseguran que el presidente esperó a firmar la ley hasta poco antes de las elecciones para movilizar a la base conservadora de su partido, y para centrar la atención en temas de seguridad en lugar de Irak, que ha perjudicado a los republicanos.
"Los que apoyan el abordaje anti inmigrante y el enfoque sólo en seguridad pueden pensar que eso es hacer buena política. Los americanos no se dejarán engañar por tácticas de año electoral", dijo el senador demócrata Edward Kennedy.
Relación con México
El mandatario ya había anunciado que firmaría la ley pese a que el gobierno de México ha calificado la valla como el "muro de Berlín".
"El muro constituye una medida unilateral contraria al espíritu de entendimiento que debe caracterizar la atención de los países vecinos y afecta la cooperación", dijo el jueves Rubén Aguilar, portavoz de la presidencia mexicana, después de que México presentara, junto con otros 27 países latinoamericanos, una denuncia ante la Organización de Estados Americanos.
Pese a todo, Bush tiene previsto un encuentro con el presidente electo de México, Felipe Calderón, el 9 de noviembre en Washington. Calderón también ha criticado la ley y dijo que complicaría la relación bilateral.
¿Y ahora qué?
Pero la ley no sólo ha causado criticas por fuera, sino también causó ha controversia entre las distintas comunidades latinas en Estados Unidos.
"Esta ley es el símbolo del fracaso de las verdaderas reformas que debieron aprobarse en el Congreso", explicó a la BBC Michele Waslin, politóloga del Consejo Nacional de La Raza.
La ley además no cuenta con un presupuesto específico para construir el muro. Por ahora sólo hay unos 1.200 millones de dólares, que vendrán del presupuesto aprobado para el Departamento de Seguridad Nacional hace algunas semanas, pero el muro costará por lo menos 2000 millones.
¿Sólo son palabras, a la mera hora no hacen nada¿, dijo a la BBC la senadora demócrata Grace Napolitano.
Bush aseguró que durante su gobierno se duplicó el gasto de seguridad en la frontera y recordó que los fondos para ello han aumentado de 4.600 millones de dólares en 2001 a 10.400 millones este año.
Además el mandatario, durante la ceremonia en la Casa Blanca, volvió a defender una reforma más amplia, que incluya la creación de un programa de trabajo temporal, así como una legalización para los indocumentados que ya viven en EEUU, aunque sin una amnistía.
"Yo me opongo a la amnistía. Hay un terreno racional intermediario entre dar un pasaje automático a la ciudadanía y un programa de deportaciones en masa. Yo espero trabajar con el Congreso para encontrar ese terreno intermediario", dijo.