Bush acusó a Irán de patrocinar el terrorismo.
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Los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, e Irán, Mahmud Ahmadinejad, fueron sin duda alguna las "estrellas" en el día de la inauguración de la 61 Asamblea General de la ONU, en Nueva York.
A las afueras de la ONU, ambos mandatarios lograron reunir a cientos de manifestantes que protestaban en su contra.
Dentro, los dos presidentes tuvieron que compartir la tribuna, a pocas horas de diferencia, pero más que sus palabras, un posible encuentro "cara a cara" fue lo que llamó la atención.
La Casa Blanca no pudo impedir que Ahmadinejad hablara el mismo día que el presidente estadounidense, pero sí lograron evitar que se vieran frente a frente, gracias a unas botellas de vino.
El presidente iraní decidió no asistir a la comida ofrecida por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, debido a que se sirvieron bebidas alcohólicas.
"Diálogo"
Esta situación le vino como anillo al dedo a los encargados del protocolo, ya que se temía que Ahmadinejad tratará de entablar un diálogo con Bush, después de que lo invitara públicamente a debatir en el seno de la ONU.
Varios manifestantes que acusaban a Bush de crímenes de guerra fueron arrestados.
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"Mi viaje a Nueva York es una buena ocasión para organizar un debate público", dijo el mandatario iraní en una conferencia religiosa, donde también señaló que Bush es "nada" ante la mirada de Dios.
Ésta no era la primera vez que Ahmadinejad ofrecía un diálogo: en mayo escribió una carta a la Casa Blanca, que no fue respondida.
"EE.UU. no se inclinará ante tiranos", fue la respuesta que dio Bush este martes.
Por eso, incluso el diario New York Times escribió, a principios de semana, que "las preguntas sobre un posible encuentro, aun de manera accidental, comienzan antes de que el helicóptero de Bush aterrice en Manhattan".
El tema de Irán
Bush evitó mirar a los ojos de Ahmadinejad, pero no pudo fue esquivar el tema de Irán, que fue una parte central de su discurso ante la ONU y también en sus encuentros con distintos mandatarios.
"El gran obstáculo a su futuro es que sus mandatarios han elegido negarles la libertad y usar los recursos de su país para patrocinar el terrorismo y buscar la fabricación de armamento nuclear", señaló el presidente estadounidense.
La Casa Blanca ha insistido en que si Irán no suspende el enriquecimiento de uranio, buscará la imposición de sanciones en la ONU.
Por su parte, Ahmadinejad reiteró que el programa nuclear iraní es para fines pacíficos.
En una entrevista con la revista Times, señaló que no piensa detener los ensayos nucleares ni siquiera para demostrar que no tiene intenciones bélicas.
"¿A quién hay que demostrarle? ¿Al mundo? ¿A Estados Unidos? El gobierno de Bush tiene que entender que ellos no son el mundo", señaló el mandatario iraní.
La última ocasión donde podrían encontrarse es en una cena que Bush va a ofrecer a los jefes de estado. Sin embargo, tal como confirmó un vocero del gobierno iraní, Ahmadinejad no fue invitado.