El muro aprobado por la cámara baja se extendería por 1.120 kilómetros.
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Altos funcionarios de varios países latinoamericanos expresaron reacciones negativas a la decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos de aprobar preliminarmente la construcción de un muro en la frontera con México.
"Nos afecta a todos los países vecinos. De alguna forma tenemos estas presiones migratorias. Nosotros siempre hemos pensado que hace falta una solución integral y no una solución de esa manera", señaló a BBC Mundo el canciller de Nicaragua, Norman Caldera, mientras asistía una conferencia en Miami.
El diplomático agregó que la idea de construir una barrera fronteriza le hace recordar el muro de Berlín que separó a las dos Alemanias durante la Guerra Fría.
"A veces uno está tentado de decir, parafraseando al gran presidente norteamericano Ronald Reagan: '¡Bote esa muralla!'. También parafraseando al gran presidente de los EE.UU., John F. Kennedy, tal vez decirlo en alemán `¡Yo también soy un tejano!'", agregó Caldera.
Reacción en México
Bush ha propuesto una reforma migratoria integral.
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El presidente electo de México, Felipe Calderón, quien asumirá el 1 de diciembre, ha señalado que no se puede frenar "por decreto" la entrada de indocumentados mexicanos.
El dirigente sostiene que ambos países deben buscar "mecanismos sensatos" para resolver el problema.
Por su parte, el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, lamentó la decisión de los legisladores estadounidenses e insistió en que la solución a la inmigración ilegal es la regularización de los mexicanos que ya están en Estados Unidos y la creación de un programa de trabajadores temporales.
"Es desafortunado en que se piense que la solución al tema migratorio es creando barreras que simplemente van a hacer más complicado el proceso para muchos de nuestros ciudadanos, pero que no van a impedir el paso y el acceso", dijo Derbez en conferencia de prensa en Nueva York.
Bush insiste en reforma integral
Entre tanto, el presidente estadounidense George W. Bush reiteró su deseo de lograr una reforma integral de las leyes migratorias de Estados Unidos tras la polémica votación encabezada por su propio Partido Republicano en la cámara baja a favor de construir un muro de más de 1.120 kilómetros en la frontera con México.
"Creo firmemente que para proteger nuestras fronteras, el Congreso debe aprobar un plan de amplio alcance que incluya no sólo fondos para proteger las fronteras sino que reconozca también que individuos ingresan al país para realizar trabajos que los estadounidenses no quieren", dijo Bush en una rueda de prensa en la Casa Blanca en Washington.
El mandatario no precisó si firmaría o no la denominada "ley del muro" aprobada por la Cámara de Representantes, pero dejó claro que seguirá apoyando un plan de reforma que permita la contratación de trabajadores extranjeros y eventualmente les otorgue el derecho a convertirse en ciudadanos estadounidenses.
El proyecto de "ley del muro" pasa ahora al Senado, donde muchos republicanos se unieron a la minoría demócrata para aprobar en mayo pasado una reforma más parecida a la que propone Bush.
El debate migratorio se ha estado haciendo cada vez más candente mientras se acercan las elecciones legislativas del 7 de noviembre.
El gobierno de EE.UU. estima que más de 11 millones inmigrantes indocumentados viven en el país.