Gillian Ni Cheallaigh
BBC, Asuntos Británicos
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La policía siguió a Menezes desde que salió de un edificio de apartamentos.
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La investigación de la muerte del brasileño Jean Charles de Menezes en Londres, a cargo en su primera etapa de la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC por sus siglas en inglés), podría tomar varios años.
Por ahora, lo que no comprenden los británicos es ¿por qué huyó Menezes de la policía?
Una teoría es que pudo no haberse dado cuenta de que estaba siendo perseguido por oficiales de la policía.
Los agentes no tenían uniforme. Uno llevaba una sudadera y el otro un traje, pero portaban armas.
Algunos de los testigos en la estación afirman que, durante la persecución, sólo algunos de los agentes llevaban gorras con la palabra "policía".
Otros indican que no escucharon a los policías identificarse.
Sospechoso
También se especula que, como Menezes tenía su visado de estudiante vencido, podría estar evitando a las autoridades.
Sin embargo, su primo dice que tenía un buen nivel de inglés y que no le temía a la policía.
¿Fue lo ocurrido, entonces, un error de inteligencia, o de los policías involucrados en la persecución?
Al parecer, los policías siguieron los procedimientos legales pero, ¿en qué momento se convirtió este brasileño en sospechoso de ser un atacante suicida?
La policía comenzó a seguir a Menezes cuando salió de un edificio de apartamentos que estaba siendo vigilado como parte de la investigación de los atentados del pasado jueves 21 de julio.
¿Asumieron los policías que el brasileño salía de un apartamento en particular?
Dilema
Algunos critican los procedimientos policiales.
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También se critica que los agentes hayan elegido dispararle a Menezes en la cabeza, en lugar de restringir sus movimientos o apuntar a una pierna o el cuerpo.
Sin embargo, la única manera en que la policía puede estar segura de que una persona no detone explosivos es disparar tiros mortales a la cabeza.
El principio de la política de "disparar a matar para proteger" asume que, cuando se trata de un atacante suicida, no hay tiempo para errores.
Para la policía, el peor escenario es no evitar un atentado.
Hasta cierto punto, Menezes pudo haber sellado su destino cuando decidió correr hacia la estación del metro.
En ese momento, y en las actuales circunstancias, su persecución se convirtió en un dilema entre su vida y la amenaza de la pérdida de otras vidas.