Maryam McLeod, una mujer de 39 años, dice que no sabe cómo vivir el duelo por la muerte de su hijo, Germaine Lindsay.
Lindsay ha sido acusado por la policía de ser uno de los cuatro responsables de los atentados del jueves 7 de julio pasado en Londres.
Se cree que Lindsay llevaba la bomba que explotó en un túnel de la línea Picadilly del metro cerca de la estación de King's Cross, causando la muerte de por lo menos 27 personas.
"Tengo muchas preguntas. No sé si alguna vez recibiré las respuestas", dijo McLeod desde su residencia en la isla caribeña de Grenada.
"Alá tenga compasión"
Lindsay ha sido señalado como uno de los posibles atacantes.
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"Todavía estoy conmocionada y no sé cómo asumir el duelo por mi hijo", dijo McLeod.
"Primero, estoy en duelo por las víctimas, por las que están muertas y por las que están vivas".
"Estoy en duelo por sus madres y sus padres, y por los individuos que podrían estar traumatizados por las visiones de muerte y horror", añade.
McLeod, quien se convirtió al Islam casi al mismo tiempo que su hijo, agregó que espera que "Alá tenga compasión de todos nosotros".
La madre del presunto atacante relató que visitó por última vez a su hijo en 2004, y que lo encontró "maduro y sincero".
Lindsay, quien tenía 19 años, era de origen jamaicano y vivía en Gran Bretaña desde 1999.
Poco después se convirtió al Islam y se cambió el nombre a Jamal.