La extensión del muro anti-inmigración en California ha generado quejas por parte del gobierno mexicano.
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Las nuevas medidas para prevenir la inmigración ilegal de mexicanos a Estados Unidos fueron consideradas "extremas" por parte del gobierno de Vicente Fox.
Una de las normas que entró en vigencia establece la extensión de un muro anti-inmigración en California, luego de que el Senado estadounidense aprobara eliminar unas regulaciones ambientales que impedían ampliar la barrera.
El vocero presidencial mexicano informó que este lunes se enviará una carta de protesta a Washington por las nuevas construcciones previstas del muro.
La misiva iba a ser enviada el pasado viernes y no se explicó por qué se decidió esperar hasta el comienzo de la próxima semana.
El canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, reconoció que el mandatario le había instruido llevar a cabo la comunicación, indicando que la extensión de la muralla era "inaceptable" y que no podía ser vista como una solución.
Las relaciones entre los gobiernos de Vicente Fox y George W. Bush han tenido momentos mejores, por lo que el canciller indicó: "esperamos que esto no ponga las cosas peores de lo que ya están".
"Es normal que se genere rabia, pues la construcción de un muro no es la manera de resolver los asuntos fronterizos", apuntó.
Nuevas reglas
La normativa aprobada por el Senado de EE.UU. estipula que los estados deben verificar que los solicitantes de licencias de conducir se encuentren de manera legal dentro de Estados Unidos.
Dos presidentes y una política anti-inmigración de por medio.
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Fox defendió el rol de los inmigrantes ilegales mexicanos en Estados Unidos, "quienes están haciendo trabajos que ni los negros quieren hacer".
"No hay duda que estos trabajadores tienen habilidad, disponibilidad y dignidad", aseveró.
Para Fox, la construcción de un muro -y las otras medidas- "no es la manera de establecer relaciones entre amigos".
Sin embargo, en este debate sigue pendiente la propuesta de los senadores John McCain y Edward Kennedy, de los estados de Arizona y Massachussets, respectivamente.
Los legisladores entregaron la semana pasada un proyecto de ley que pudiera legalizar la situación de hasta 12 millones de inmigrantes ilegales y eventualmente obtener ciudadanía.
"Espero que el presidente Bush apoye esta iniciativa, como lo ha dicho públicamente", indicó el mandatario mexicano.