John Simpson
BBC, Editor de Asuntos Internacionales
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La decisión de Ariel Sharon de dejar el Likud cambia la arena política.
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Durante años, la política israelí ha estado congelada, con los mismos dos líderes, uno de 77 años de edad y otro de 82.
De repente, en poco más de una semana, se empezó a descongelar.
El de 82 años de edad perdió la dirigencia del Partido Laborista; el de 77 abandonó el partido que montó en 1973, y formará uno nuevo.
El de 82 años de edad es Shimon Peres: un hombre de extraordinarios conocimientos y habilidades, que ha estado en el centro de los eventos en Israel durante casi toda su existencia.
En los últimos años le dio el apoyo de los laboristas al Likud.
Ariel Sharon, quien a los 77 años de edad cuenta con una carrera de grandes vaivenes, riesgos y confrontación, comprendió que sus opositores dentro del Likud no le permitirían hacer las concesiones a los palestinos y a la presión de Estados Unidos que él ahora cree que son necesarias.
Distintos puntos de vista
La segunda intifada se desató después de 2000 .
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Medidas con la vara de las esperanzas de los palestinos, sus concesiones respecto a los territorios ocupados en Cisjordania son pequeñas y ciertamente no incluyen compartir Jerusalén.
No obstante, desde el punto de vista de Likud, serán aún más problemáticas que la decisión de Sharon de evacuar los asentamientos judíos en la Franja de Gaza y el norte de Cisjordania en agosto.
Conciente de que no podía ganarse a sus copartidarios de línea dura, Sharon decidió separarse y formar un nuevo grupo conformado únicamente por quienes lo apoyan.
Shimon Peres podría abandonar el partido laborista, y unirse a él.
Sorpresivamente perdió la dirección del partido la semana pasada frente al carismático Amir Peretz, quien planea una aproximación totalmente distinta a la política israelí.
Lucha contra la pobreza
En vez de concentrarse en la brecha entre judíos y palestinos, Peretz quiere combatir la pobreza y los problemas sociales al interior de Israel.
Toda la evidencia muestra que hay deseos entre los israelíes del común por un acuerdo acerca del futuro del país que traiga una paz duradera.
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Pero la pregunta central siempre ha sido, ¿paz bajo cuáles términos?
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Pero la pregunta central siempre ha sido, ¿paz bajo cuales términos?
Bajo Ehud Barak, en 1999 y 2000, hubo un esfuerzo por ofrecer una paz negociada que a la mayoría de los israelíes les pareció extremadamente generosa.
Pero aun esos términos no fueron suficientes para el dirigente palestino, Yasser Arafat.
Dirigente controversial
Ariel Sharon llegó al poder con una reputación de "halcón".
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Sharon representa una estrategia totalmente distinta: ahora acepta que un estado palestino debería existir, pero quiere negociar con los palestinos desde una posición de fuerza.
Y pese a que grandes multitudes de seguidores del Likud consideran a Sharon un traidor por devolver algunos asentamientos, éste ha promovido el crecimiento de asentamientos en otras localidades, y eventualmente devolverá tan poco territorio como le sea posible cuando llegue el momento.
Para los palestinos, Sharon tiene un pasado oscuro.
Su decisión de visitar en septiembre de 2000 la zona alrededor de la Mezquita de al-Aqsa en Jerusalén, que los israelíes llaman el Monte del Templo y los musulmanes denominan Hiram ash-Sharif, desencadenó la segunda intifada y destruyó el Proceso de Paz de Oslo.
Barajando las cartas
Shimon Peres podría unirse al nuevo partido de Sharon.
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Hoy tenemos un nuevo alineamiento político.
La derecha en Israel, dirigida por Likud, peleará por mantener la mayor cantidad posible de territorio.
El centro, bajo Sharon y con el apoyo de Shimon Peres, intentará lograr la paz devolviendo cierta cantidad de territorio.
Y el partido laborista, bajo Amir Peretz, se concentrará en obtener justicia social dentro de Israel.
La opción segura ha sido siempre asumir que ningún acuerdo de paz entre Israel y los palestinos tendrá éxito.
Tal vez sea así todavía; pero aún cuando la mayoría de los jugadores siguen siendo los mismos, esta vez por lo menos se están barajando las cartas.