Un primer contingente de soldados japoneses llegó a Irak en una misión humanitaria proveniente de Kuwait.
La decisión de enviar tropas ha causado controversia en Japón.
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Las tropas desarrollarán tareas de ayuda humanitaria y reconstrucción, pero no se involucrarán en operaciones militares.
Los soldados japoneses son los primeros en ser desplegados en un área de conflicto desde la Segunda Guerra Mundial.
La decisión de enviar tropas ha sido motivo de fuerte oposición en Japón, pues los críticos consideran que viola el carácter pacifista de la Constitución.
El envío de las llamadas "fuerzas de autodefensa" japonesas fue posible por una ley aprobada en julio, que en línea con la Constitución limita la actividad militar a "zonas sin combate".
Sin embargo, existe la preocupación de que las tropas sean el blanco de ataques de grupos militantes.
El número exacto de soldados movilizados no se ha dado a conocer, pero se calcula que en el futuro al menos 800 estarán instalados en la ciudad de Samawa, en el sur de Irak.