Julio Arrieta, actor y cineasta, está empeñado en llevar a los pobres a la pantalla grande.
Julio Arrieta: 57 años, 12 hijos, 24 nietos, una bisnieta y el cine.
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De eso se trata el proyecto cinematográfico de Villa 21 de Barracas, una zona marginal de Buenos Aires, Argentina, donde la escuela de teatro -y agencia- que dirige Arrieta ofrece decenas de actores y escenarios "auténticamente pobres".
La finalidad de Arrieta es por un lado ayudar a los vecinos del barrio a salir de (o no caer en) la delincuencia y la drogadicción y -por el otro- a que las grandes productoras cinematográficas cuenten con personas reales para papeles donde la miseria necesite una cara.
En esta tarea, él y sus colegas han participado en películas como "Las tumbas", "Después de la tormenta" y "El resultado del amor", de directores como Javier Torre, Tristán Bauer y Eliseo Subiela, respectivamente.
Hoy en día Arrieta está a punto de estrenar su opera prima en la que los extraterrestres, en vez de elegir a Estados Unidos como objetivo, deciden invadir el planeta Tierra desde la Villa 21.
Julio Arrieta conversó con BBC Estudio Abierto y respondió a las preguntas de los lectores.
Escuche la entrevista
Tengo 57 años, 12 hijos, 24 nietos y una bisnieta. Entre todo este maremoto de cosas y gente se me ocurre hacer este tipo de cosas que es hacer cultura en un lugar marginal. Un lugar donde las posibilidades y las casualidades no son muy propicias para este tipo de cosas.
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Si en una película hace falta pobres, nosotros queremos ocupar ese lugar y que no sea un actor que nunca fue pobre y que no sabe lo que es la pobreza
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Mi proyecto, si bien es complejo para algunas personas, es muy simple. Es tratar de ocupar un lugar que nos corresponde por derecho propio.
Nosotros somos portadores de cara para algunas personas gubernamentales o policiales. Queremos ser portadores de cara también para las personas que nos convengan a nosotros. Es decir, ocupar un lugar como pobres en cualquier programa de cine o televisión.
Si en una película hace falta pobres, nosotros queremos ocupar ese lugar y que no sea un actor que nunca fue pobre y que no sabe lo que es la pobreza.
Las personas de las áreas marginales en las que usted trabaja son capacitadas o sólo colaboran de manera directa en el proyecto? Itziar Sagone, Guatemala, Guatemala
Nuestra intención no es ocupar un derecho a la fuerza. No queremos ingresar al cine a la fuerza por el hecho de ser pobres y portadores de cara. Queremos ser pobres y portadores de cara y para eso nos estamos capacitando y eso, en definitiva, yo Julio Arrieta instruye a la gente acá, apoyándolos con enseñaza de teatro, con vocalización.
Trato de que seamos representantes de un producto digno. Queremos ganarnos dignamente el dinero para que, igual que cualquier otro actor. Para eso tratamos de hacer actores profesionales.
¿Qué lo llevó a crear este proyecto?
Dos cosas fundamentales: la primera, la necesidad de ocupar un lugar para poder representar a gente que todavía no estaba representada en el arte y la cultura de Buenos Aires.
Dentro del arte y la cultura de Buenos Aires hay una parte de cultura que todavía no está escrita y que es posible que la escribamos nosotros. No sé si seamos los indicados, pero sí vamos a intentarlo.
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Es difícil creer que una persona con pocas posibilidades monetarias, escasos recursos y muy poco intelectualidad escriba un libreto para el cine
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Segundo, abrir una fuente de trabajo para la gente y que no solamente nos queda la posibilidad de juntar cartón en la calle sino también que aparezca la posibilidad de integrar un elenco de cine o televisión.
Yo no creo sinceramente que el cine o la televisión les va arreglar la vida a los pobres. No es la solución total pero si una alternativa más, una oportunidad más que se presenta para el que quiera hacerlo.
No estoy preocupado en sacar actores de la villa. Más bien, mejorar una calidad de vida, su léxico. Mostrarle además a la gente de la villa que hay un montón de personas que los están esperando pero que primero necesitamos prepararnos y capacitarnos.
Basta de pedir cosas gratis. Basta de exigir que se nos de cosas por ser pobres y nada más.
Les quiero enseñarles la metodología de que trabajemos por aquellas cosas que queremos.
¿Cuánto éxito ha tenido y si piensa expandir esta idea?. Juan Manuel Pérez Castillo, Guatemala, Guatemala
Esta idea existe desde el año 1987 y desde entonces hemos participado en más de 20 largometrajes y 15 cortometrajes.
Hemos hecho siete video clips para conjuntos musicales como por ejemplo Bersuit Vergarabat, Capanca, los Auténticos decadentes.
Hemos participado en muchísimos trabajos y entre ellos dos películas de factura propia. Una de ellas con el libreto propio, escrito por nosotros mismos.
Es difícil creer que una persona con pocas posibilidades monetarias, escasos recursos y muy poco la intelectualidad escriba un libreto para el cine.
Yo he escrito un cuento basado en un ataque de extraterrestres al mundo. Cuando el mundo ya estaba entregado, los pobres descubren que les afectaba a estos extraterrestres y los combaten.
Esta posibilidad de poner a pobres de carne y hueso para que presenten su realidad en una ficción, ¿no se les está utilizando de alguna manera?. Vera, La Paz, Bolivia
El arquitecto que va hacer los planos de un edificio también es utilizado. Se le paga para que también haga ese tipo de menester.
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No sé si con el cine o el teatro, los pobres van alcanzar el cielo pero el infierno ya lo conocieron
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Nosotros, si somos utilizados yo pretendo que se nos pague dignamente y no con dádiva porque ahí sí estaríamos siendo utilizados.
Durante mucho, mientras ingresabamos a este mundo, fuimos utilizados porque nos conocían ni confiaban en nosotros.
Hemos pagado un derecho de piso y creo que ahora es el momento de decir hasta acá.
A partir de ahora, si ellos nos eligen, queremos que nos paguen como actores.
El teatro o el cine es la vida. En la vida hay lindos, negros, blancos, rubios, bebes, viejitos. Entonces, si nosotros no participamos me parece que está faltando una pata a esta mesa que no ha sido invitada.
No sé si con el cine o el teatro, los pobres van alcanzar el cielo pero el infierno ya lo conocieron.
¿En qué se beneficia exactamente la gente del barrio con su proyecto?
Se beneficia en tres puntos básicos: El más importante de todos es ser tratado como persona porque los derechos humanos existen también para poder ocupar las mismas posibilidades y causas que otras personas.
Se benefician en el sentido de poder filmados con una cámara como actor y no como un monito que ha sido descubierto en un lugar muy precario.
Segundo, se benefician porque cobran un dinero que les sirve para sobrevivir. Como cualquier otro trabajador, cobran por su trabajo para poder comer o comprarse lo que quieran.
La tercera, y tal vez la más importante para ellos, es acceder a un mundo que estaba muy oculto para ellos y mostrarles que no hay una diferencia muy grande entre el mundo que nosotros vivimos y el que vende la televisión y que se puede ingresar simplemente con el esfuerzo personal de cada uno.
¿No es un arma de doble filo hacer películas con personas que no son actores, y hacerlo por el solo hecho de que sean pobres o marginados? Vito Leonardo, Caracas, Venezuela
No creo que sea un arma de doble filo porque lo que pretende la gente pobre es simplemente trabajar para ganar un dinero para poder comer. No creo que le haga mal a nadie.
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Tenemos sueños, ambiciones. Algunos, las tienen de manera desmedida y otros un poco más controlado. A pesar de eso, somos seres humanos iguales que cualquiera. De pronto, con poca instrucción pero mi esfuerzo lo vuelco a que nos capacitemos para seguir intentando participar como actores
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Lo que tenemos que tener cuidado es no fabricar o crear unos nuevo
pixote . Un
pixote era un chico brasilero, adolescente que filmó una película que nunca más lo llamaron y terminó muriendo en un enfrentamiento con la policía.
Tratamos que eso no suceda. No somos capacitadores sociales donde investigamos la mente humana. Lo que nosotros hacemos es por ejemplo llevar a 200 personas, entre ellas familias enteras, a trabajar en una película como extra. Cuando se le paga a toda esa familia, ese dinero le sirve para pasar la Navidad.
Si fuera un arma de doble filo yo creo que hemos matado el hambre y estamos matando la ignorancia. Hay gente que no sabía la palabra estructurar o emancipación, y a través del cine ha incorporado esa palabra a su léxico.
No soy maestro de escuela, pero si sé que al leer un libreto la persona se capacita, se instruye, se cultiva.
Yo vengo de un barrio pobre de Caracas, La Charneca, y mi hija estudia cine y hemos hecho algunas cosas. Pregunto: ¿Qué estrategia se puede usar para vencer la idea de que la pobreza no vende y no es rentable? Leonardo Simons, Caracas, Venezuela
Trato de convencer a los directores y productores de cine que la pobreza no vende, que lo que vende son los sueños de la gente. Que nos consideren personas, seres humanos como los demás. Que respiramos, que comemos, que vamos al baños como cualquier vecino de su casa.
Tenemos sueños, ambiciones. Algunos, las tienen de manera desmedida y otros un poco más controlado. A pesar de eso, somos seres humanos iguales que cualquiera. De pronto, con poca instrucción pero mi esfuerzo lo vuelco a que nos capacitemos para seguir intentando participar como actores.
A la gente que se me acerca para participar en cine le propongo que estudie, que lea, que se instruyan. Eso es lo principal y por eso no creo que sea malo lo que estamos haciendo.
¿Cómo se financia su proyecto? ¿Qué apoyos tiene?
Hasta el momento ninguno.
En 20 años de trabajo hemos ganado varios premios importantes como un Condor de Plata, por revelación actoral en la película "La Tumba". Además, cinco premios Martín Fierro por un trabajo que hicimos en la televisión que se llamó "Tuberos".
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A la gente que se me acerca para participar en cine le propongo que estudie, que lea, que se instruyan
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A pesar de este trabajo y estos premios, el gobierno y las autoridades nunca nos han apoyado en nada.
¿Ni alguna fundación, ni empresa privada?
Tampoco. Tal vez sea mi ideología como director para ir a buscar ayuda. En realidad, e preocupa más mi trabajo como actor que el dinero que puedan darme algunas personas.
Yo solamente le pido al gobierno nacional que me ayude a construir un galpón donde podamos hacer todo este tipo de expresiones culturales. Un lugar que ayude a que los niños salgan de las calles, que la gente sienta que este centro les pertenece y es un lugar al cual se pueden acercar.
Todavía no he tenido respuesta.
¿Cómo quisiera Julio Arrieta ser recordado?
Es una pregunta muy complicada porque nunca me he puesto a pensar si alguna vez voy a ser recordado.
Sí, quiero ser reconocido por mis hijos, por mi familia más que nada. Después Dios dirá que otro tipo de reconocimiento me podrá caber.
Esto, yo lo hago porque quiero ser una mejor persona. Quiero ser un buen padre, un buen marido. Lo demás es otra cosa.
No persigo glorias que no pueda controlar.