Eliminar el doble AEC era uno de los principales objetivos de esta cumbre.
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La cumbre extraordinaria del Mercosur que se desarrolla en Brasil arrancó con la falta de consenso entre sus miembros respecto a la eliminación del llamado doble Arancel Externo Común (AEC), paso clave hacia una plena integración comercial de los países que conforman el grupo.
La cita, celebrada en el balneario brasileño de Costa de Sauípe, pretendía eliminar el cobro de este impuesto que se aplica a productos procedentes de fuera de la región, pero también cuando estos se comercian entre países miembros.
Pero las objeciones de Paraguay impidieron avanzar en las negociaciones, que quedaron aplazadas a una próxima reunión, cuya fecha queda todavía por fijar.
La principal preocupación de Asunción es que, al no tener puerto marítimo, eliminar esta tasa supone renunciar a importantes ingresos fiscales por productos importados desde Brasil y Argentina.
"La continuidad del doble cobro del AEC va a dificultar mucho las negociaciones con otros bloques, sobre todo con la Unión Europea", expresó el canciller brasileño, Celso Amorím, al fin de la sesión inaugural.
"Posición comprensible"
Terminar con el doble AEC era uno de los puntos más importantes a discutir en este encuentro de los cancilleres y ministros de economía de Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela (en proceso de adhesión).
Sin embargo, las conversaciones sobre la eliminación del doble AEC se estancaron en la misma sesión inaugural.
"No vemos ninguna actitud obstruccionista. La posición de Paraguay es comprensible", admitió Amorim al fin de la sesión.
Durante la reunión se planteó establecer un mecanismo para distribuir la renta aduanera entre todos los países para que ninguno saliera perjudicado.
Pero Paraguay no se mostró conforme con los mecanismos de transferencia de estas rentas.
Según Amorim, tal desacuerdo puede dificultar los procesos de integración de las cadenas productivas y negociaciones con otros bloques, principalmente con la Unión Europea.
A medida que los países que integran el Mercosur empiezan a notar los efectos de la crisis económica, por la caída en el precio de las materias primas y la restricción del crédito, aumenta la necesidad de acelerar el proceso de integración iniciado en 1991.
"Es muy importante que haya acuerdo, que se consiga avanzar en el sentido de la integración. La crisis mundial es una realidad y todos hablan de ella como una crisis económica financiera, pero la realidad es que toda crisis económica es una crisis social, y las crisis económicas producen desencuentros", dijo a la BBC William Gonçalves, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal Fluminense.
Por el momento, el grupo confía en llegar a un consenso en otra reunión que tendrá lugar en los próximos meses, aunque la fecha todavía no fue fijada.
Acuerdos
A pesar del fracaso inicial, el grupo acordó la creación de un fondo de garantías de financiamiento para micros, pequeñas y medianas empresas por valor de US$100 millones.
De este dinero Brasil pondría el 70%, Argentina el 27%, Uruguay el 2% y Paraguay el 1%.
También se establecerá un fondo para la agricultura familiar.
Los presidentes del bloque se reunirán el martes, día en que Brasil cederá la presidencia semestral del mercosur a Paraguay, por primera vez con Fernando Lugo al frente.
Posteriormente asistirán a la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), una reunión del Grupo Río y la cumbre de América Latina y el Caribe (CALC), en la que se discutirán fórmulas de cooperación para afrontar la crisis financiera, energética, alimentaria, así como los retos del cambio climático.