En la cumbre de Manaos, Chávez reconoció que se estudia "un proyecto alternativo".
Sin la grandilocuencia con que lo anunciara en 2006, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, informó del congelamiento del ambicioso plan de construir un gasoducto que conectaría a Venezuela con Brasil y Argentina.
"Ya no sería un largo gasoducto", dijo Chávez al referirse a uno de sus proyectos más queridos y más debatidos: el Gran Gasoducto del Sur.
En una rueda de prensa durante la cumbre presidencial de Manaos con sus colegas de Brasil, Ecuador y Bolivia, el presidente venezolano reconoció que se estudia "un proyecto alternativo" para distribuir gas al Cono Sur.
El plan y el nombre cambia: se trata de un "proyecto de integración gasífera del Sur", dijo Chávez, quien reconoció que la estatal petrolera Petrobras "prefería otro tipo de esquema".
La intención sigue siendo la misma: el "proyecto fundamental de la integración gasífera", según el mandatario, sólo que ahora la distribución será por barco y no mediante la larga tubería de 8.000 kilómetros que se proyectaba construir atravesando partes del Amazonas.
¿Congelado o suspendido?
Desde que en 2006 Chávez lanzó la idea del Gran Gasoducto del Sur empezó la polémica entre quienes lo veían como una manera de acelerar la integración continental y quienes cuestionaban que fuera necesario y temían sus potenciales efectos ambientales.
Se estimaba que el proyecto costaría unos US$23.000 millones que, aunque podrían haber sido financiados por los gobiernos de Brasil y Venezuela, era considerado como económicamente injustificable por algunos expertos en energía.
"El gasoducto siempre se vio como un proyecto difícil, como un proyecto a muy a largo plazo (...) Petrobras siempre pensó en otras alternativas", le aseguró a BBC Mundo, Elio Ohep, especialista y editor de la publicación Petroleum World.
Ohep consideró que la idea de desarrollar un sistema alternativo de distribución para el gas vía marítima no significa que el proyecto del gasoducto quedó totalmente descartado.
"Yo diría que ese proyecto está congelado porque económicamente no tiene razón de ser en este momento, pero a futuro quizá se podría pensar en que es factible", estimó Ohep.
Problemas ambientales
Sin embargo, fuentes de Petrobras le aseguraron a BBC Mundo que el problema con el gasoducto no es sólo de costo, sino las "dificultades" para hacerlo pasar por la "delicada región amazónica sin perturbar gravemente" el medio ambiente.
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Pasara por donde pasara cualquier trazado afectaba una cantidad de áreas protegidas y de territorios indígenas
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Entre los mayores detractores de la idea del gasoducto estaban grupos ecologistas, que temían por los daños que podría causar el proceso de construcción de la obra en las zonas más frágiles de la amazonía brasileña.
Pero Franklin Rojas, director de la organización ambientalista venezolana Provita, considera que "lamentablemente" lo ecológico no fue la razón principal por la que se detuvo el proyecto.
"Fueron más de peso las razones económicas y políticas que las sociales y ambientales que deberían ser las de más peso", le dijo Rojas a BBC Mundo, quien expresó su satisfacción porque se descarte "un proyecto totalmente inconsulto".
Una de las cosas que más temía los ambientalistas era la construcción de carreteras asociadas a la obra ya que "se ha demostrado que el impacto de infraestructura más fuerte que puede tener la amazonía son las carreteras", aseguró Rojas.
"Siempre que se abre una carretera empieza todo el impacto de deforestación, colonización, explotación. Porque pasara por donde pasara cualquier trazado afectaba una cantidad de áreas protegidas y de territorios indígenas", afirmó Rojas.
"Mejor" por barco
Del Gran Gasoducto del Sur hubo hasta una ceremonia de bautizo en enero de 2006 en una cumbre presidencial venezolano-argentino-brasileña realizada en Brasilia.
En 2006, Chávez lanzó la idea del Gran Gasoducto del Sur.
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Después de eso no fue posible resolver los problemas del negocio, del cómo, dónde y para qué hacerlo.
Y pese a que temporalmente parece haberse desistido del plan, su principal impulsor, Chávez, expresó que hay que mantener el proyecto sobre la mesa.
Hay una ineludible lógica de negocios: Argentina y Brasil demandarán cada vez más gas para alimentar sus economías, mientras que Venezuela tiene planes de seguir invirtiendo en sus campos gasíferos, que actualmente están en fase de desarrollo.
Además Venezuela tiene las quintas reservas mundial de gas natural, lo que cuadruplica las de Bolivia, que actualmente el principal suplidor del Cono Sur.
Algunos destacan el que anunció del congelamiento del Gran Gasoducto del Sur no tuviera la resonancia que tuvo su lanzamiento y toda la polémica posterior entre políticos, economistas y ambientalistas que se mantuvo encendida mientras la idea siguió vigente.
Podría ser porque el Gran Gasoducto del Sur no estaría descartado, sino solamente congelado "por ahora", para usar la frase que tanto gusta al presidente venezolano.