El Banco de Inglaterra salió al rescate de los grandes bancos británicos con una inyección de US$100.000 millones para combatir el impacto de la crisis financiera internacional.
Director del Banco de Inglaterra: explicando el rescate.
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La medida implica que ahora las instituciones financieras van a poder cambiar sus hipotecas otorgadas por bonos del gobierno.
El primer ministro Gordon Brown espera que este mecanismo aceite el mercado crediticio, paralizado por la onda expansiva de la crisis hipotecaria estadounidense.
"Queremos que haya suficiente liquidez en la economía de modo que podamos seguir prestando dinero a las empresas y a la gente que quiera adquirir vivienda", dijo el primer ministro Gordon Brown.
En una clara señal de la envergadura de este paquete de ayuda, el director del Banco de Inglaterra, Mervyn King, dijo que era necesaria la intervención del Estado británico para "evitar que el sector público termine con pérdidas mucho más significativas"
Lo cierto es que, a diferencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra no tiene suficiente liquidez para afrontar un rescate de esta naturaleza.
Y es precisamente este respaldo del Tesoro británico, es decir, de todos los contribuyentes, el que está provocando más polémica.
Impacto económico
El mecanismo del rescate es simple.
Con la sólida garantía de los bonos del Tesoro, los bancos buscarán financiarse para volver a aceitar el crédito.
Los bonos tienen plazo de un año, renovable a tres, y se espera que reactiven un mecanismo esencial para el funcionamiento del sistema: los préstamos interbancarios.
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Este mercado interbancario -también conocido como overnight- en el cual las instituciones se prestan dinero diariamente para lidiar con problemas de liquidez, ha sufrido el impacto de la crisis hipotecaria estadounidense.
Los bancos han dejado de prestarse porque temen dar dinero a entidades muy expuestas a las "sub-prime", las hipotecas de alto riesgo estadounidense.
Al no tener esta fuente de financiamiento diario, los bancos están prestando mucho menos a sus clientes.
De hecho, este mes se registró una caída de 20% en el número de ofertas de hipoteca en el Reino Unido, lo que disparó una señal de alarma para toda la economía.
Modelo en crisis
La crisis hipotecaria estadounidense ha puesto en entredicho un modelo de crecimiento económico.
Al igual que Estados Unidos o España, el consumo ha sido el gran motor de la economía del Reino Unido en los últimos diez años.
Las soluciones del Banco de Inglaterra: ¿serán suficientes?
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El consumo se sostuvo por el crédito barato y la explosión del mercado inmobiliario que facilitaba obtener préstamos en base a la valorización constante de la propiedad.
Al secarse el crédito con el terremoto de la crisis hipotecaria estadounidense, se ha roto este circuito.
El gran enigma es si este plan de rescate bastará para mejorar el acceso al crédito de vivienda.
"Esto va a tener un impacto positivo en el mercado monetario, pero es improbable que tenga un impacto similar en el mercado hipotecario", aseguró a Reuters Lena Komileva de Tullet Prebon, una compañía financiera británica.
El socialismo de los bancos
Así las cosas, ha habido voces críticas a este plan de rescate.
Estas críticas suelen invocar el concepto del "riesgo moral" de estos rescates.
Según esta teoría, los bancos seguirán apostando a los instrumentos financieros de alto riesgo que provocaron esta crisis, si saben que el estado siempre saldrá a su rescate.
Es el socialismo del mundo financiero.
Las ganancias son privadas, sus pérdidas en cambio, se socializan: son de todos.