Fillon aseguró que no permitirá que se desestabilice a la entidad bancaria.
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El primer ministro de Francia, François Fillon, aseguró que su gobierno no permitirá que el banco Société Générale se convierta en un blanco de adquisición hostil.
Fillon hizo este comentario después de que salieran a la luz informes señalando que otras grandes entidades bancarias, BNP Paribas y Crédit Agricole, estaban planeando comprar este banco tras el escándalo financiero que le costó unos US$7.000 millones.
Recalcó, además, que el gobierno estaba "pendiente" de cualquier intento por desestabilizar a Société Générale.
Las especulaciones sobre una posible compra hostil del Société Générale provocaron una subida de un 9% en sus acciones.
A pesar de los comentarios de Fillon, los analistas creen que el banco sí es vulnerable a una adquisición hostil y a que otras empresas se "roben" a sus empleados clave.
¿Cambio de mando?
El futuro de Daniel Bouton es incierto.
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La ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde, dijo que la junta directiva del banco deberá decidir ahora qué hacer con el presidente y director ejecutivo del banco, Daniel Bouton.
"En un momento difícil, los miembros de la junta directiva tienen que decidir si la persona a cargo es la mejor para estar al frente del barco cuando la nave escora o si es preferible cambiar de capitán", señaló Lagarde.
La funcionaria también reiteró la molestia del gobierno porque Société Générale -el segundo banco más grande del país- no informó sobre el escándalo sino un día antes de que se anunciara públicamente.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo con anterioridad que los altos ejecutivos del banco deberían aceptar su parte de responsabilidad por las acciones del operador bursátil acusado del escándalo, Jérôme Kerviel.
El corresponsal de la BBC en París Hugh Schofield señala que Kerviel declaró a la policía que no podía creer que sus gerentes en el banco no supieran lo que estaba haciendo.
El corredor de bolsa indicó que el tipo de ganancias que estaba generando en sus transacciones no podían haberse obtenido con los niveles de inversión a los que él estaba autorizado.
"Estaba generando dinero, de forma que las señales de alarma no parecen haberlos preocupados", declaró Kerviel.