Se suponía que las cuentas estaban recubiertas de un pegamento no tóxico, pero no fue así.
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El gobierno chino suspendió todas las exportaciones de un juguete que se descubrió está recubierto con una sustancia química tóxica, reveló la agencia de noticias oficial Xinhua.
La decisión llegó luego de que Estados Unidos, Australia y otros países retiraran de los estantes de las jugueterías los paquetes de Bindeez y Aqua Dots.
El juguete causó enfermedades a varios niños.
Las autoridades chinas sellaron los depósitos donde fueron producidos, y ordenaron que se lleve a cabo una investigación.
Se trata del último episodio de una saga de escándalos que pusieron sobre el tapete la calidad de los productos chinos.
Compuesto utilizado para violar
En EE.UU. se informó que cerca de una decena de niños enfermaron al ingerir las cuentas del juguete, que luego se descubrió contiene un químico relacionado a la droga GHB, que a veces se mezcla en bebidas para adormecer a quienes las beben e inducir una violación.
En Nueva Zelanda y Australia enfermaron otros seis.
Ni la empresa australiana que los fabricó ni el gobierno chino dijeron dónde se ubica la planta de producción.
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Todos ellos sufrieron mareos y adormecimientos, y dos de los pequeños cayeron en un coma, del que se han recuperado posteriormente.
El juguete -que viene a ser un set de cuentas que se adhieren a un dibujo y luego se rocían con agua para que queden pegadas- resultó un éxito cuando se introdujo en EE.UU. y Australia.
Bindeez llegó a ser calificado como el juguete del año 2007 en Australia.
Se supone que las cuentas están recubiertas de un pegamento no tóxico, pero un partida estudiada en Australia estaba recubierta con una sustancia cuya fórmula no estaba aprobada.
Las pruebas mostraron que se trataba de un químico industrial conocido como 1,4 butanediol, que se tranforma en la temida GHB cuando se traga.
Unas 4,2 millones de cajas del juguete serán recogidas en EE.UU. y cerca de 1 millón se retirarán de las jugueterías neocelandesas.
Ni los fabricantes del juguete, la empresa australiana Moose, ni el gobierno chino han identificado dónde se producían estos juguetes.