Con el propósito explícito de "desmontar el neoliberalismo y el colonialismo vigente desde hace 500 años en Bolivia", el gobierno del presidente Evo Morales presentó su Plan Nacional de Desarrollo, denominado "Bolivia digna, soberana, productiva y democrática".
El ministro de Desarrollo, Carlos Villegas, presenta el plan.
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El ministro de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas, entregó el documento al presidente Morales en una acto celebrado este viernes por la noche en el Palacio de Gobierno. La autoridad destacó que el objetivo de largo plazo es erradicar la pobreza, toda forma de exclusión, marginación y explotación.
Para ello, se propuso reducir la pobreza extrema de 35 a 27% en el primer quinquenio y crear 90.000 empleos cada año. Según datos oficiales, el 67,30% de los bolivianos son pobres y el 6,01% carece de empleo.
Coherente con su línea política de izquierda, el plan gubernamental acentúa la participación estatal en los negocios, pone a los indígenas y campesinos como principales beneficiarios de la gestión y demanda respeto de los demás países y de los inversores externos. Con todo ello, el gobierno pretende crear un "estado comunitario".
Pensando en la reelección
Los grandes objetivos del gobierno de Morales no podrán ser alcanzados en los cinco años de gestión, tal como lo reconoce el propio ministro Villegas cuando dice que es una estrategia "para los primeros cinco años de nuestro gobierno". El mandato de Morales concluye el año 2011, sin embargo, el partido oficialista expresó su intención de aprobar la reelección presidencial en la Constituyente, que se instalará el 2 de agosto.
El plan quinquenal requerirá una inversión total de US$12.700 millones, que se repartirán entre inversión pública y privada. Para arrancar, el gobierno dispone de US$300 millones.
La nacionalización de los hidrocarburos fue el primer paso.
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En lo económico, el plan apuesta a la presencia estatal en los hidrocarburos, tierras, minería, electricidad y bosques, así como a la generación de empleo dándole impulso a las manufacturas y a la infraestructura.
Este componente, cuya ejecución comenzó con la nacionalización de los hidrocarburos el 1 de mayo, es el que más preocupación ha causado entre los sectores empresariales y los políticos de la oposición.
La nacionalización de los hidrocarburos implicó el incremento de los impuestos a las empresas petroleras de 50 a 82%, la política de tierras busca la reversión de las propiedades improductivas, mientras que con la política minera se pretende recuperar aquellas concesiones en las que no hubo inversiones.
El plan de desarrollo tiene, además, un fuerte componente social, que busca dotar de todos los servicios salud, saneamiento, comunicaciones, educación, vivienda a los ciudadanos bolivianos que hasta ahora no han tenido acceso a los mismos.
Y, en materia de política exterior, el equipo de Morales se propone diseñar una doctrina que permita la presencia de los pueblos indígenas en el exterior. El eje de esa doctrina, según Villegas, es la solidaridad y la complementariedad y es en ese marco que se negociarán acuerdos comerciales con otros países, respetando la soberanía de Bolivia.
Es precisamente el manejo de las relaciones exteriores lo que ha desatado grandes polémicas en Bolivia. Desde que llegó al poder, Morales marcó distancia con Estados Unidos y se acercó a Venezuela y a Cuba, países con los que forma parte de un bloque "antiimperialista".